¡Qué semestre!
Esta semana el Vicepresidente en cuidados intensivos por un problema clínico; el Congreso hundiendo la reforma a la justicia ante el llamado indignado de la ciudadanía; un General de la Policía involucrado en narcotráfico después de servir al país y un excongresista capturado por narcotráfico. Realmente esta semana definir la primera plana de un diario no es fácil.
Un congresista abusa del poder para no ser multado, mientras la justicia se pudre en una batalla jurídica por la muerte de un joven estudiante.
Pero esto no fue sólo la semana, ha sido así todo el semestre. Perdimos la candidatura en la OIT y en el Banco Mundial, se capturaron paramilitares y guerrilleros en Venezuela, el alcalde de Bogotá tuvo una intervención en el cerebro, entró en vigencia el TLC con Estados Unidos, igualmente el Estatuto general del consumidor y se firmaron TLC con Europa y Corea, mientras se subían las tasas de interés y la economía se desacelera.
Se habla de paz en todas las esquinas, mientras la escalada terrorista aumenta en el país (quizá como consecuencia de lo primero) y se falló un marco para la paz que ya es criticado internacionalmente.
En sólo seis meses el país ha tenido más noticias de primera plana que las de cualquier otro, dejando ver la complejidad del momento que estamos pasando como consecuencia de las fuerzas que nos mueven hacia adelante; el país cambia más rápido que sus ciudadanos y mucho más que sus instituciones. No podemos detener este cambio, simplemente debemos estar a la altura de los acontecimientos.
Años de hambre de poder y de riqueza parecen llegar a su fin, y muchos han salido a comer como si tuvieran inanición, pero los medios de comunicación y la opinión pública han logrado que estas comilonas sean del conocimiento público y los culpables vayan quedando expuestos a sus mismos actos, y quizá así el camino al cambio se lleve por delante a aquellos que sólo han usurpado el éxito del país. Así, van seis meses de este año, que sin duda parecen ser de pronóstico reservado.
Colombianada. El hundimiento de la reforma fue una votación aplastante: 73 senadores y 117 representantes; ¿pero no son 102 senadores y 167 representantes? ¿Qué pasó?
@consumiendo
*Presidente de Raddar