Aunque Gustavo Petro se muestra impredecible en ciertos aspectos, y en otros resulta sorprendentemente predecible, los colombianos esperamos que los mensajes de felicitación dirigidos al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reflejen un genuino interés en mantener e, idealmente, mejorar nuestras relaciones con el principal socio comercial de Colombia y aliado clave en temas vitales, como la lucha contra el narcotráfico, una amenaza transnacional que exige una respuesta fuerte y unificada.
Si bien los trinos de Petro confirman su característico tono prepotente, confiamos en que sirvan para mejorar la percepción que Donald Trump pueda tener de él, quien hasta hace poco lo calificaba de clasista y xenófobo, entre otros calificativos desobligantes. Al mismo tiempo, los colombianos deseamos que Petro se aleje de su afinidad hacia el dictador Nicolás Maduro, quien debe entregar el poder el 10 de enero de 2025, sin prolongar la grave crisis venezolana, ni agravar aún más las dificultades en la región. La afirmación de Petro a Trump, diciendo que “la única manera de sellar las fronteras es con la prosperidad de los pueblos del sur y el fin de los bloqueos”, sugiere más bien una consigna encargada por su amigo Maduro.
Respecto a su respuesta al anuncio y la intención de Trump de detener las guerras, Petro habría hecho bien en evitar la duda implícita al decir “si es así”, pues la frase sonó innecesariamente desagradable. Un mensaje de respaldo hacia ese loable y pacificador propósito habría sido suficiente, solamente con su frase, también inmodesta pero decorosa: ‘contará con todo mi apoyo’. Y, seguramente, el respaldo de Petro es importante, así no se lo pidan; el gesto no está de más.
Petro debe entender que, en los 20 meses que le restan de mandato, tiene que aprovechar la oportunidad para recuperar algo de lo mucho que ha perdido desde su posesión, y en su relación con Estados Unidos, adoptar un tono diplomático y amable, que permita fortalecer y en lo posible mejorar el Tratado de Libre Comercio (TLC) vigente desde hace dos décadas. Trump prometió reducir impuestos a las grandes empresas para incentivar el empleo, lo cual podría traducirse en más aranceles a las importaciones, y la única estrategia para enfrentar esta política proteccionista es cultivar sólidas las relaciones bilaterales.
Según el Dane, en septiembre las exportaciones colombianas sumaron 4.130 millones de dólares, de los cuales el 32,3% provino de ventas directamente en territorio de Estados Unidos; es decir, 1.334 millones, con un incremento del 11,2% impulsado en gran medida por las ventas de oro no monetario (36,3%), y el restante porcentaje con productos como el petróleo, las flores, el café, el aluminio, las frutas y, recientemente, el pescado fresco, entre otros. Actualmente, Estados Unidos representa un tercio de nuestras exportaciones, un logro muy importante para cuidar y mejorar.
Dado lo que representa la relación con Estados Unidos para Colombia, debemos protegerla y, en la medida de lo posible, fortalecerla continuamente. Los discursos antiimperialistas y aquellos epítetos habituales ya no aportan nada, por el contrario, restan. Lo que Colombia necesita es mantener canales diplomáticos abiertos con la Casa Blanca y fortalecer los vínculos con el nuevo Congreso de amplias mayorías republicanas. El mejor mensaje que podemos enviar es uno de cordialidad y, sobre todo, de humildad, una actitud que solo enaltece a nuestro país.
@ernestomaciast