Siempre le veía ahí, atravesado a medio camino en el andén de la 112 entre Broadway y Amsterdam, con la inmensidad de la catedral St. John the Divine de fondo. Un tabloide negro con letras multicolor que, aunque hechas a mano, pretendían imitar el estilo de los carteles de recompensas ofrecidas por los forajidos que azotaban los condados del antiguo oeste. “Against Amazon” se titulaba y era la declaración de guerra de la reconocida librería Book Culture de Nueva York, un manifiesto callejero que con datos en mano buscaba demostrar cómo cada compra a través del colosal portal de ventas por internet contribuía a la evasión de 700 millones de dólares en impuestos y la pérdida de 222.000 empleos.
Ahora, con el inicio de operaciones de Amazon en nuestro país, las preocupaciones de Book Culture son las nuestras también. La venta de libros en Colombia entrará en el ajedrez de Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, y eso solo significa la disrupción de nuestro pequeño mercado editorial y la imperiosa evolución de las librerías locales quienes ya no podrán competir con precio, pues Amazon puede darse el lujo de sostener jugosísimos descuentos que solo ellos con su gigantesco volumen comercial se logran permitir. Por ende, será necesario acudir a alternativas distintas de valor agregado.
Un cambio vital será recuperar el valor de las librerías como un espacio mágico de encuentro y un centro de entretenimiento que permita servir de escape a la monotonía de mercar en línea. Cafeterías con verdaderos baristas, wifi gratis, espacios de trabajo, conversatorios con autores, clubes literarios y demás estrategias serán componentes indispensables que marcarán el factor diferenciador entre la experiencia de pasearse por las estanterías físicas y navegar por la fría página web de Amazon.
Adicionalmente, será el momento de la reivindicación para los libreros, quienes están llamados a retomar su rol milenario como faro de los lectores entusiastas que tienen ganas, pero también muchas preguntas sobre cómo moverse en los mares de la literatura. Será el fin de los empleados sin pasión que con buscar un título en el listado del inventario sienten que están haciendo mucho, pues el mercado exigirá expertos preparados para aconsejar, recomendar y emitir conceptos sobre lo que busca el cliente.
Y es que la venta de libros es solo el tímido debut de este monstruo gigantesco que en los Estados Unidos está poniendo a temblar a Netflix con su plataforma AmazonVideo, a los supermercados con la adquisición de la cadena WholeFoods y el posterior lanzamiento del servicio AmazonFresh, a los reproductores de música por streaming con AmazonMusic, al mercado laboral con su tienda AmazonGo que funciona sin empleados ni cajeros y que hasta ha incursionado con Alexa y su AmazonEcho en el nicho naciente de los asistentes personales con inteligencia artificial.
Amazon, como siempre, llegó con la intención de vender todo de la A la Z y este es el emocionante momento en que comprobaremos si el mercado colombiano está listo para ello o no.