La Eurocámara, renovada tras las elecciones europeas de junio, inició este martes la nueva legislatura con la reelección de la conservadora maltesa Roberta Metsola como su presidenta.
Metsola recibió 562 votos, y de esa forma conducirá al legislativo europeo en los próximos dos año y medio.
Abogada de 45 años, Metsola es presidenta del Parlamento Europeo desde 2022, cuando era primera vicepresidenta y asumió el máximo cargo ante el fallecimiento del entonces titular, el italiano David Sassoli.
"No debemos tener miedo de enfrentar autócratas. No debemos tener miedo de sostener nuestras promesas, de defender a Europa, y no tener miedo de construir una unión que funcione para todos nosotros", dijo Metsola luego de su elección.
En tanto, la española Irene Montero, candidata por el bloque de Izquierda, recibió 61 votos.
En su discurso de presentación, Montero dijo que era imperioso "hacer crecer las fuerzas de la paz, del fin del genocidio, del derecho a la vivienda, de los servicios públicos, de los derechos laborales, del feminismo, del antirracismo, del antifascismo y de la justicia social".
En esta 10ª legislatura europea, las mujeres representan el 39% de la plenaria, y en general exhibe un promedio de edad de 50 años.
El jueves, el parlamento votará si aprueba o no un segundo mandato para Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea.
Luego de las elecciones europeas de junio, el Parlamento Europeo enfrenta una coyuntura política difícil, por el fortalecimiento de la extrema derecha.
El bloque del Partido Popular Europeo (PPE, derecha) sigue siendo el más importante del legislativo, seguido por el grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D, socialdemócratas).
Esos dos bloques, y el grupo de Renew (liberales), formaban el trío político sobre el que se apoyaba el equilibrio del Parlamento Europeo en la legislatura que termina.
Sin embargo, en las elecciones de junio Renew cayó al quinto lugar, siendo superado por dos bloques de la extrema derecha; el de los Conservadores y Reformistas (ECR) y los Patriotas por Europa, impulsados por el primer ministro húngaro, Viktor Orban.
Así, el trinomio original (denominado 'centrista', por excluir a los extremos) aún representa una tendencia general mayoritaria, pero el fortalecimiento de la extrema derecha modifica todos los cálculos políticos.
Delicado equilibrio
En la legislatura saliente, por ejemplo, el ECR tenía una vicepresidencia del Parlamento Europeo y ahora exige tener dos, idea rechazada por los bloques de la izquierda.
Más allá de las exigencias de ECR, el grupo Patriotas por Europa (la tercera mayor bancada) debería quedarse con dos vicepresidencias.
Para enfrentar tal escenario, el trío principal se empeña en implementar lo que se denominó 'control sanitario' para bloquear que la extrema derecha llegue al poder.
Un portavoz del grupo Patriotas por Europa, Alonso de Mendoza, afirmó que se trata de "una práctica antidemocrática que priva de representación a millones de ciudadanos".
Por su parte, el bloque ECR pidió "no excluir a aquellos que no agradan a una mayoría determinada".
Al lanzar su candidatura para su segundo mandato, Von der Leyen había admitido que estaba dispuesta a colaborar con determinados sectores del ECR, en un intento por conseguir votos en ese bloque.
Sin embargo, cualquier eventual apoyo del ECR cerraría la puerta a votos desde los socialdemócratas y los liberales.
Por ello, en semanas recientes Von der Leyen se concentró en canales de diálogo con la bancada de los Verdes, que con sus 53 votos puede contribuir a marcar una diferencia.
En este caso, cualquier promesa de Von der Leyen a los Verdes ayudará a eliminar de un plumazo importantes votos en el PPE, que cuestiona aspectos claves de los planes ambientales del bloque, el llamado Pacto Verde.
El bloque ECR tiene en agenda una reunión con Von der Leyen este martes, y el portavoz del grupo político, Michael Strauss, adelantó las preocupaciones de esa familia política.
"No podremos apoyarla si ella persiste en su abordaje ideológico" sobre el Pacto Verde, comentó.