Diego Arango* | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Julio de 2015

SEMÁNTICA

Honorables guerrilleros

Honorales  guerrilleros sería la forma de nombrar a todos aquellos miembros de las Farc y el Eln según propone el presidente Santos de desescalar el lenguaje. Se entiende con esto que se les debe quitar los calificativos con que el colombiano se refiere a esta gente. Veamos lo siguiente: estas personas están fuera de la ley, ellos matan, roban, secuestran, extorsionan, narcotrafican, contrabandean, realizan atentados, entonces son: asesinos, ladrones, secuestradores, extorsionistas, narcotraficantes, contrabandistas y terroristas. En pocas palabras son delincuentes.

Cómo quiere el Presidente que las Fuerzas Militares, la justicia, los medios políticos, de opinión y el ciudadano en general deje de llamar por su nombre a esas personas. Cómo quiere que el país que los aborrece por sus crueldades, crímenes, atentados contra la infraestructura, el medio ambiente y la paz nacional los reconozcan como personas de bien, cuando anuncian cese de hostilidades y al siguiente día realizan brutales atentados. Eso no es posible ni lo será jamás, mientras su consigna sea siempre destructiva y criminal. Además las encuestas muestran un máximo de un 3% de simpatías hacia ellos.

Entiendo que lo que propone el Presidente es callar la lengua y quizá él tenga razón, en cuanto su propósito es el de lograr que ellos firmen el acuerdo de paz en La Habana, consigna de su Gobierno. Admiro la paciencia y tenacidad del Presidente, pero creo que es una salida en falso pretender que el colombiano cambie su lenguaje por el de señor guerrillero. Tampoco lo harán los miembros de las Fuerzas Militares, ni los políticos de oposición, ni el campesino o el letrado. Aquello es utópico, un tanto ridículo y poco efectivo. Pues mientras el Presidente de buena fe, hace este llamado, las Farc se burlan de él y el país volando oleoductos, realizando atentados, matando soldados y civiles, siguen traficando con drogas, además de otros delitos. Quizá el día en que se firme el acuerdo de paz y ellos cumplan entregando las armas, pagando sus culpas, reparando a las víctimas y se allanen a la ley y el orden, ahí sí sería posible, que por lo menos yo y posiblemente algunas otras personas comencemos a llamarlos exguerrilleros. Pero de mi boca, jamás saldrá una palabra amable hacia esa gente, mientras continúen delinquiendo, porque como colombiano me duele el inmenso daño que nos han causado, las vidas que han cobrado y la mala imagen que nos han generado en el mundo. Daños irreparables. Así se desmovilicen, nunca podré dejar de pensar que los guerrilleros fueron unos delincuentes, tal como los soldados siempre serán hombres de honor. Cada cual decide su camino, que asuman sus consecuencias para bien o para mal.

www.diegoarango.com

*Presidente Canal Teleamiga Internacional

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