EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 28 de Septiembre de 2012

Exigencia imperativa: humanizar el conflicto

 

Mientras el presidente Santos presentaba en la ONU la propuesta de paz con las Farc, el   comandante del Ejército Nacional, general Sergio Mantilla, le exigía al grupo  guerrillero que devolvieran 60 militares que  habían desparecido en zonas de control guerrillero hace 14 ó 15 años , y de contera, los conminaba a que  dejaran de cometer otros actos  de guerra prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario.

En cuanto a esta última exigencia, asombra que no se hubiera adoptado (ya lo habíamos dicho en  columnas anteriores), como  premisa  o condición para iniciar las negociaciones de paz; omisión que, sin embargo, puede subsanarse aún si los negociadores plenipotenciarios del Gobierno lo plantean en la mesa de los diálogos para poder proseguir dichas negociaciones, tanto más cuanto no se pactó el cese de hostilidades entre las partes combatientes.

Que no se haya tomado esa previsión, en verdad, llama la atención, como lo advertimos en mensaje al presidente Santos cuando anunció  a la Nación la apertura del proceso de paz, y como lo  observara  también la notable comentarista de El Tiempo, Natalia SprInger, el pasado lunes 14 de septiembre, al referirse a las Farc, el mismo día, por cierto, en que el Comandante del Ejército Nacional, lo planteaba: “Hay que exigirles la adherencia a los principios del Derecho Internacional Humanitario bajo estrictos parámetros de verificación, como en su momento sucedió con el Frente Sandinista de Nicaragua, el FMLN en El Salvador y la URNG en Guatemala”.

Si tales exigencias sirvieron en aquellos países para pactar la paz, en Colombia también  deben regir como norma de conducta entre las partes,  para poder esperar resultados exitosos.

Más aún, si no se diere la paz, tal acuerdo debe pactarse para que, de seguir el conflicto, se enmarque dentro de esos parámetros. Así lo planteamos hace casi 25 años en ponencia que presentamos en la Convención Nacional del Liberalismo que se reunió en Cartagena el 13 de agosto de 1988 y como vocero que era entonces de mi Partido en la Comisión de Convivencia Democrática de Usaquén; en  una de las 7 conclusiones con que terminaba dicho documento que por cierto titulamos “Mientras llega la paz, humanicemos la guerra. Propusimos: “Se hará (en la Mesa de Diálogos) la perentoria declaración por las partes, en caso de  no llegar a acuerdos, se respetarán las leyes y usos de la guerra y por tanto se proscribirán toda clase de medios bélicos prohibidos entre los combatientes  o “guerras sucias“, requisitos que tendrán que cumplir los insurgentes para que el Gobierno, eventualmente, los considerare como parte beligerante”.

He de recordar que un año antes, el expresidente  Alfonso López Michelsen, en la misma ciudad de Cartagena, había dictado  una conferencia sobre el Derecho Internacional Humanitario y su carácter imperativo.

La propuesta de humanizar el conflicto interno colombiano, no es entonces, asunto de ahora, como aparentemente podría deducirse de la información de El Tiempo, a propósito del cubrimiento de la importante conferencia que dictara  el expresidente Samper, el martes  24 de septiembre y del documento que hizo conocer el colectivo “Colombianos y Colombianas por la paz”

edmundolopezg@hotmail.com