LOS ÍNDICES en la penetración del delito por medio de la economía subterránea, no han bajado en el país. Por el contrario, todavía se maneja el dato del 35% del Producto Interno Bruto, esto es alrededor de $363 billones está contaminando el crecimiento.
La profesora e investigadora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, Clara Inés Pardo Martínez, se atrevió a hablar de este tema con EL NUEVO SIGLO. Doctora en economía y con amplio bagaje académico, Pardo Martínez abordó este problema que en la mayor parte de veces es eludido tanto por el Gobierno, el Congreso e incluso la propia rama judicial.
Dado el amplio poder de la ilegalidad, este Diario quiso buscar las raíces de donde se deriva principalmente la corrupción en el país y que ha permeado a todas las instituciones. El escándalo que hoy afecta al Gobierno con malos manejos con dineros públicos en la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos de Desastres (UNGRD), es apenas una de las muestras de cómo se mueven las economías subterráneas en el país.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué cifras se manejan actualmente sobre el desarrollo de la economía ilegal o subterránea en el país?
CLARA PARDO: Es difícil estimarlo. El último estudio oficializado en el país hablaba de que más o menos correspondía al 35% del Producto Interno Bruto que en cifras del año 2018 equivalía a $364 billones anuales. Pero si uno mira a nivel global y se dice que estas cifras han ido en aumento, entonces se podría decir que Colombia no se escapa de esto y si las cifras están alrededor de eso, entre el 35% y el 40% en todos los temas de economía subterránea, eso es bastante complejo para el país y sobre todo para todos los temas sociales, para los temas de desarrollo, porque en la medida que hay más ilegalidad o hay más informalidad, pues el país no puede crecer. Obviamente, esos recursos están llegando a pocas manos y no para el desarrollo del país.
El impacto
ENS: Se ha dicho que, en el total del PIB de Colombia, el 35% proviene de economías ilegales, ¿es cierto?
CP: Podría decirse. Porque digamos, el narcotráfico sigue siendo un fenómeno que se vive en el país, más la minería ilegal, más otros temas que, obviamente afectan, entonces yo creo que seguimos en esas cifras que pueden ser hasta un poco más graves.
ENS: En el aspecto de contrarrestar estas economías, ¿qué se está haciendo desde el aspecto político, desde el aspecto legislativo o por parte del gobierno?
CP: Creería que hay que trabajar más, porque como le digo, la DIAN ha hecho esfuerzos sobre todo en lo tributario, con las facturas electrónicas y demás. Pero el tema es que estas economías subterráneas tienen cómo financiar a las demás para no verse dentro de la economía, entonces eso hace que estos procesos se alteren. Acá lo que tiene que funcionar es la transparencia en todos los procesos, la conciencia de las personas y lo más importante, que haya realmente justicia en el país y que en esa justicia se valore. Eso porque fuera del narcotráfico, de la minería ilegal, si vamos un poco más allá todos los temas de corrupción también pasan por acá, que es lo que estamos viendo ahorita con los escándalos. Esos son dineros públicos que, en cierta manera, en lugar de cumplir sus funciones de desarrollo social para el país, se van a manos de unos pocos.
Lavado de activos
ENS: ¿En esas economías subterráneas tiene mucho que ver con el lavado de activos?
CP: Claro que sí. Una de las formas de actuar de la economía subterránea tiene que ver con el lavado de activos. De una u otra manera esos dineros entran a la economía y digamos son dineros con el argumento de muchas personas de que “lo que no me cuesta nada me vale”. Pues lo primero que hacen este tipo de negocios es comprar cosas suntuosas, darse lujos excesivos y eso lo hemos visto tanto con el tema del narcotráfico como en temas de corrupción.
ENS: ¿Ustedes los investigadores creen que se está reduciendo o por el contrario está aumentando ese tipo de economía ilegal?
CP: Bueno, acá hay varios aspectos a trabajar, usualmente este tipo de economías es muy difícil de rastrearla debido a que se tienen unos temas en cuanto a qué es la parte ilegal o informal de la economía. Por ejemplo, la DIAN cuando empieza a hacer todos sus procesos para la información exógena, factura electrónica y todo eso, son estrategias para controlar esa economía subterránea y al legalizar muchas actividades que de pronto en el mercado son de forma ilegal y también todos los controles que busca a través de la evasión. Entonces todas estas estrategias desde el sistema tributario propio del país, pues hace que esta economía pueda “reducirse”.
ENS: ¿Qué otros aspectos se destacan de esa ‘economía’?
CP: Pero desde el punto de vista de la informalidad, el tema de la ilegalidad en Colombia es un tema que sigue creciendo, Colombia tiene unas facilidades ilegales bastante interesantes por decirlo de alguna manera que promueven esta economía subterránea. Entonces qué tenemos, tenemos todo lo que es el tema del narcotráfico, tenemos también la minería ilegal que es un tema muy fuerte, el tráfico de armas, etcétera. Pero hay otro que se sigue posicionando en el país y es el tráfico de especies exóticas.
¿Ceguera política?
ENS: ¿Ha habido ‘ceguera’ del sector político para combatir ese tipo de economías desde el Congreso?
CP: Sí claro, a medida que tú no tienes control legal, en la medida que tú no tienes una presencia de la fuerza pública fuerte y en la medida que el sistema judicial colombiano no es fuerte, obviamente, eso hace que esto prolifere. El cómplice sabe que puede ir a la cárcel y paga unos días, pero después sale y puede disfrutar del dinero porque no existe tampoco una devolución de los dineros. No existe algo que realmente te diga ‘si esto pasa esto te va a generar un escándalo social o va limitarte para seguir con tu vida’. Hasta que no se haga un sistema jurídico que realmente sea acorde a las legislaciones internacionales y demás, pues esto no va a funcionar. Nuestro sistema jurídico es muy permisivo y pues no muestra un castigo como lo podemos ver en otros países especialmente desarrollados, donde digamos el crimen no pasa por decirlo de alguna manera.
La ‘cultura’ del narcotráfico
ENS: ¿Todavía existe la cultura del narcotráfico que se desarrolló en los 80 o 90 con los carteles de la droga?
CP: Lo que pasa es que esto ha tenido una evolución. Ya los narcotraficantes no operan de la misma manera que se operó en esa época, pero sí en células. Es decir, uno de los grandes capos los ven en México porque ese país “adoptó” muchos de esos procesos y, por otro lado, ya ellos saben que no hay que ser tan ostentoso. Por otro lado, los grupos ilegales como las disidencias de las guerrillas y demás, son los que han tomado el negocio. Entonces ellos lo que hacen es para su bienestar y cambios de drogas por armas para promover la violencia en el país. Son otras figuras que cambian, pero sigue existiendo una cultura del narcotráfico, que uno lo puede ver porque en muchos sitios donde entrevistas a adolescentes y niños ellos sueñan todavía con ser narcotraficantes por el poder y lo que eso da aparentemente.