“Se está formando un nuevo orden internacional”: Gabriel Iriarte | El Nuevo Siglo
Gabriel Iriarte es graduado en Antropología en la Universidad de los Andes y profesor en el Programa Latinoamericano de Great Lakes Colleges Association.
Viernes, 28 de Febrero de 2025
Redacción internacional

La multipolaridad es la manera como se compone el nuevo orden mundial, que el analista internacional Gabriel Iriarte prefiere llamar el nuevo desorden mundial, compuesto por una China que toma poder día a día, Estados Unidos queriendo detener al gigante asiático y una Europa que se ha debilitado por múltiples factores.

La caída del Muro de Berlín fue el hecho que dio por culminada la Guerra Fría, una era que comenzó con el fin de la Segunda Guerra Mundial y donde hubo dos grandes polos de control de influencia en el mundo a través de dos grandes superpotencias de la época: la Unión Soviética y los Estados Unidos.

Así, desde comienzos desde la década del 90 hasta el final de la primera década de este siglo se vive lo que Iriarte llama un momento unipolar, o sea, en el cual hubo un solo gran polo de poder internacional en el mundo que fueron los Estados Unidos.

El escritor aseguró que esto se debió a que la sucesora de la Unión Soviética, quedó muy debilitada y con una situación económica y política muy compleja después del derrumbe de la URSS.

Pero aclara que luego de esta primera década del siglo XXI “comienza a vivirse una situación que yo llamo de multipolaridad. Me refiero al surgimiento y a la existencia, ya no de un solo polo ni de dos, sino de varios grandes polos de poder en el mundo”.

Ante la pregunta sobre cuáles son esos polos, Iriarte argumentó que son “Rusia, que se ha recuperado después de su derrumbe. Los Estados Unidos, por supuesto.  China, que antes no jugaba ningún papel o un papel muy pequeño en las relaciones internacionales. Y hoy en día es la segunda potencia económica del mundo y una superpotencia nuclear también”.

“Está también la Unión Europea que, con todos sus problemas económicos y sus retrocesos en muchos aspectos, sigue siendo de todas maneras un polo de poder muy importante. Y hay otros que están surgiendo, especialmente la India, por ejemplo. Turquía, Suráfrica, que se han unido en torno al BRICS, que es un grupo económico muy poderoso”, afirmó.

¿Una nueva Guerra Fría?

Sobre la pregunta si estamos ante una nueva Guerra Fría, el analista sugiere que sí, que podría llamarse de esa manera, pero que hay grandes diferencias con la primera Guerra Fría o la tradicional.

“La primera diferencia fundamental es que ya no es entre dos grandes potencias únicas, sino entre varias potencias. La segunda es que hubo un componente ideológico esencial en la primera, que era la lucha entre el capitalismo y el socialismo comunismo. Eso está ausente en este momento. En la actualidad la pelea entre las grandes potencias no tiene un componente ideológico. Creo que esas dos diferencias son claves. De resto, podría hablarse de una guerra fría. Aunque, se puede decir que se está formando un nuevo orden internacional, que yo prefiero llamar un nuevo desorden internacional”, expuso Iriarte.

El papel de China

El analista asegura que mientras Estados Unidos estaba embolatado en otras cosas, resolviendo otros asuntos, China avanzó económicamente. “Me refiero al tema económico y comercial e inversiones directas en todo lo que se llama hoy en día el sur global o el tercer mundo e inclusive en Europa”.

Advierte que China es un socio comercial importantísimo de Europa. “Y es un inversionista de primera línea, sobre todo en temas de infraestructura y transporte en muchísimos países del tercer mundo, del sur global. Entonces lo que está pretendiendo en este momento Trump es sacar a China”.

Iriarte asegura que así lo demuestra con las exigencias que le hizo a Panamá para que se retirara del programa de la franja y la ruta del gigante asiático. “Sacar a China de los países en donde tiene grandes inversiones y grandes intereses económicos, no va a ser fácil. Entonces esa guerra comercial, va a afectar las cadenas de suministro internacionales y los precios de muchísimos productos y materias primas”.

De esta manera, el escritor advierte que la globalización que había sido uno de los pilares del nuevo orden después de la de la Guerra Fría está en peligro. “China exporta a Estados Unidos más que lo que exporta a Estados Unidos a China”.

“Ahora bien, el único punto en el cual los dos países podrían llegar a un conflicto bélico sería por Taiwán. El problema es que ambos países tienen armas nucleares. China es la tercera potencia nuclear del mundo después de Rusia y Estados Unidos. Sin embargo, no sé hasta qué punto el país norteamericano está dispuesto a enfrentar una conflagración nuclear por Taiwán”, argumentó Iriarte. 

¿Europa debilitada?

Para Iriarte, Europa ya dejó de ser un protagonista importante, como lo fue durante mucho tiempo. “En lo político, en la política internacional, está teniendo serios problemas económicos, ¿por qué? Entre otras cosas, porque perdió sus fuentes baratas de energía que le proporcionaba Rusia; porque está perdiendo los negocios y las inversiones y el comercio con China".

A todo esto, el analista suma el problema de la inmigración, que califica de brutal, y una población que se está envejeciendo. Agrega que tampoco hay líderes. “No hay unos liderazgos como los tuvo, por ejemplo, con la señora Merkel. Entonces, Europa está en una situación supremamente crítica, y además duró 80 años viviendo de los Estados Unidos en materia de seguridad y buena parte económica. Y súbitamente Estados Unidos la está tratando como a un socio de tercera categoría”.  

¿Lo que se viene?

“Considero que las perspectivas no son muy halagüeñas. No soy agorero, en el sentido de que va a haber una guerra nuclear, no. Pero sí creo que vamos a vivir una etapa de mucho desconcierto, de mucha confusión, es decir, no hay un norte para países como los nuestros, por ejemplo, en América Latina, la situación es complicada, porque, Estados Unidos quiere aplicar de nuevo una política de gran garrote, cosa que no sucedía hace mucho tiempo en América Latina, y las alternativas que existen, son China, por ejemplo, pero los chinos no vienen aquí a hacer favores, sino vienen a hacer negocios y a actuar como un imperio, como actuaron o actuaban los Estados Unidos. Entonces, las alternativas no es que sean muy promisorias”, concluyó el analista.