Rodrigo Lara Sánchez, la fórmula vicepresidencial de Fico Gutiérrez, ganó en el 2018 el título de: “Alcalde más pilo de Colombia”, porque logró que Neiva fuera reconocida como la ciudad donde más avanzó la calidad de la educación pública. Por el mismo motivo ganó premios del Instituto de Bienestar familiar y del Banco Mundial, entre otros muchos, reconocimiento por su excelente labor en pro de una mejor educación.
También se destacó por el desarrollo de vías y mejoramiento de la seguridad vial; modernizó la administración para permitir mayor acercamiento del ciudadano a su gobierno e implementó el Sistema de Contratación Pública Secop II, para optimizar las prácticas de contratación pública y contrarrestar el tráfico de influencias y la corrupción. Esto por mencionar solo algunos de sus importantes logros. Entre los neivanos hay consenso en que su alcaldía fue además de innovadora, excelente por la pulcritud con que fue llevada.
Hijo del senador Rodrigo Lara Bonilla, asesinado por sicarios de Pablo Escobar, por su lucha contra los carteles, es un político y médico admirado y amado por el pueblo huilense.
Lara Sánchez representa al colombiano que nació, se crio y ha hecho su vida en las regiones de Colombia. Esa Colombia que Fico quiere poner en el centro de su gobierno por su pujanza, el valioso aporte que hacen a la nación, la riqueza de sus tierras y sobre todo la riqueza de la cultura de sus gentes.
Como vicepresidente será un decidido representante y defensor de las víctimas y no de los victimarios, tal como lo fue su padre. Algo muy diferente que lo que hacen los candidatos del Pacto Histórico. Un hombre sencillo que salió adelante a pesar de todas las dificultades que le presentó la vida.
Su selección para ser el vicepresidente de Fico es una clara muestra del mensaje de unión que tiene el candidato del Equipo por Colombia. Como el mismo Fico no para de decir, “bienvenidos todos los hombres y mujeres buenos, de todos los partidos y agrupaciones”. El gobierno de Fico y Rodrigo será incluyente, no excluyente. En esta fórmula política no se aceptan odios de clase o partido. No se aceptan propuestas ni vocabulario violento. Fico van por el respeto entre colombianos, no por la discordia; son esos los mismos principios que ha abanderado su vicepresidente.
La lucha permanente contra la corrupción ha sido para estos dos hombres una constante en sus carreras políticas. Es algo por lo que los dos se destacaron como alcaldes, lo mismo que por el desarrollo de programas sociales de gran envergadura contra la pobreza.
Lara representa a los débiles, los excluidos, los defensores del medio ambiente, a quienes ponen la educación a la cabeza de sus proyectos y a quienes entienden que el desarrollo de las vías de comunicación urge a Colombia para traerá desarrollo y mejorará la condición de los trabajadores del campo.
Hay gran empatía entre ellos dos, algo que es un buen augurio para nuestro país, tan lleno de egos y personas conflictivas. Lo menos que necesita Colombia es tener un presidente y una vicepresidenta que se detestan, como se dice que sucede entre Petro y Márquez.
Bien por Fico que ha hecho una sensata selección que nos acerca aún más al triunfo