El glifosato | El Nuevo Siglo
Martes, 12 de Marzo de 2019

Duque probó que el costo del narcotráfico es altísimo para el medio ambiente”

 

El debate la semana pasada en la Corte Constitucional (la Corte) fue sobre el glifosato, prohibido desde 2015 por el Consejo Nacional de Estupefacientes para la fumigación aérea de los cultivos de coca pero no para otros cultivos, en una época en la que solamente el 25% se utilizaba para el control de la coca y el 75% para otras siembras. En aquella época el ministro de Salud era Alejandro Gaviria, el mismo que en su intervención pasada ante la Corte dijo que el glifosato produce cáncer, aumenta la mortalidad infantil y genera problemas respiratorios y dermatológicos. Aparentemente, según el exministro, eso sucede ahora pero no durante el gobierno de Santos y solamente si el glifosato se aplica a cultivos de coca.

En el debate el presidente Duque se refirió a la erradicación manual, que es costosa, lenta, ineficiente y peligrosa porque ha causado muertos por minas antipersona y francotiradores y no evitó que el cultivo subiera de 60.000 hectáreas a cerca de 200.000. Sobre el mismo tema Santos dijo que la aspersión aérea no produce resultados efectivos pero la erradicación manual sí (¿cómo se ve en el aumento de cultivos?) y pidió “darles a los campesinos cocaleros alternativas legales viables, no envenenarlos, ni meterlos a la cárcel”. Duque dijo que pagar a los campesinos por la sustitución de los cultivos es incentivar la resiembra y, añado yo, premiar el delito.

Estos ejemplos muestran claramente cómo el debate es político, aunque Duque probó hasta la saciedad que el costo del narcotráfico -sin prueba contundente de que el glifosato afecte la salud- es altísimo para el medio ambiente, incluyendo la deforestación, el uso de químicos y el vertimiento en los ríos, sin contar la corrupción.

La OMS dijo en un informe que el glifosato es “potencialmente cancerígeno” y esa fue la base para prohibir la aspersión aérea contra la coca, pero no en los cultivos de arroz o de papa. Otros químicos de uso común, como las atrazinas o el paraquat, son extremadamente tóxicos para el ser humano, pero a nadie le preocupan porque no se usan contra la coca. El glifosato afecta exclusivamente las plantas, no es tóxico para los animales y se biodegrada en 22 días, sin efectos a mediano o largo plazo.

A finales de 2017, luego de dos años de arduos debates, la Unión Europea renovó la licencia para el uso del glifosato.

En estas materias la prudencia es madre y maestra. La Corte debe tener en cuenta que sus facultades son interpretar la Constitución y no modificarla ni legislar, lo que le corresponde al Congreso, y que su decisión debe basarse en lo que científicamente esté probado y no en conclusiones apresuradas. Lo que Duque pidió es que no se renuncie a ningún instrumento que pueda contribuir al bien del país y se ponderen los diversos factores que derivan del cultivo de la coca, hoy desenfrenado en Colombia.

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Coda: A Peñalosa se le presentan a cada rato maravillosas oportunidades, pero él las desperdicia. La licitación de los buses de TransMilenio es un ejemplo, pero él prefirió los buses diésel V a los eléctricos y nos clavó el diésel por diez o quince años. Unos días después se vino una crisis por contaminación e impuso el pico y placa todo el día. Pero como sopló el viento y las partículas contaminantes bajaron un nueve o diez por ciento -lo que prueba que no son los carros particulares los que contaminan- cambió de nuevo al sistema anterior para encontrarse unos días después con una nueva emergencia ambiental. Y la lista podría seguir.