Nuestra historia y lucha contra el comercio de drogas estupefacientes es larga y dolorosa, de eso no cabe la más mínima duda. Las cuotas de sacrificio en todos los niveles de la vida nacional es grande y los estadios o caminos del narcotráfico fueron recorridos, de una u otra forma, por autoridades, ciudadanía, gobernantes, narcotraficantes y aun países que se convirtieron por fuerza de las circunstancias en nuestros aliados en esa esa lucha.
Si hacemos un balance sobre lo vivido podríamos decir que somos los grandes perdedores de la faena, pues iniciamos como territorio de paso para los productores, luego pasamos a productores y de allí a procesadores, llegando hasta comercializadores, sin imaginar que nuestro atardecer seria consumidores ¡Qué tristeza! porque a más de perdedores, dejamos que nuestra juventud se contaminara. Hoy tenemos todos los frentes mencionados anteriormente, sumando el grave problema del consumo interno, al que le hemos parado bolas por periodos relativamente cortos y no constantemente como la problemática lo demanda.
El inconveniente, si me lo permiten, creo que radica en que las organizaciones de narcotraficantes y bandas criminales operan con un interés de rentabilidad y entendieron que el consumo interno dejan un amplio margen de ganancias, basados en la reducción de los costos y riesgos que demandan el envío de droga hacia el extranjero. Por lo tanto descubrieron que con una buena demanda, el mercado interno puede o debe ser más rentable que el mercado internacional, es decir, bajan los costos, los riesgos, el problema de retornar el dinero a Colombia desaparece, permitiendo aumentar el negocio. De igual forma la imagen ante las autoridades internacionales cambian de enfoque, por no ser una amenaza para sus gobiernos; venderse como delincuencia local les permite desaparecer del foco internacional. Por lo anterior las autoridades deben razonar, que cerrarle el paso a las estrategias de estas organizaciones trasladadas al comercio interno se convierte en prioridad, ya cuentan con suficiente información que refiere vendedores de droga, invitando al consumo gratuito en barrios, entornos escolares, universitarios y sectores de espaciamiento !Hay que contaminar los jóvenes! por ser más vulnerables. El regalo inicial facilita su ingreso al mundo de las drogas ilícitas.
Previniendo, urge el compromiso de familiares, amigos y allegados, que pueden prender las alertas en los entornos susceptibles de acoso. Apremia la unión, la buena comunicación y un seguimiento permanente al proceso de comercialización, esquivo a los ojos desprevenidos, pero claro y entendible para autoridades policivas e investigativas.
Coletilla. Asesinaron un grupo de policía en Cauca, sigue la institución aportando su cuota de sacrifico, los hogares policiales continúan llorando sus muertos y nosotros, enterrando compañeros sin lograr restañar las heridas que dejan esas pérdidas de vidas. Me preocupa que Colombia se insensibilice y vea estas muertes como coletazos hacia la paz.