Con la incógnita de la posible muerte de Iván Márquez, se aumentaría la lista de estos facinerosos que por décadas han venido destruyendo el país. Todos o casi todos estos jefes guerrilleros, parásitos de la sociedad han venido cayendo victimas de sus mismas atrocidades.
Sumado al anterior: “Raúl Reyes”, “el Mono Jojoy”, “Alfonso Cano”, “Santrich”, “Iván Ríos”, “El Paisa” y bueno otra enorme cantidad de esos que es mejor ni nombrarlos. Todos ellos mataron a mucha gente inocente, a miembros de las fuerzas militares, secuestraron, torturaron, robaron, narcotraficaron…En fin, así lo confirmó alias “Martin Sombra”. No han hecho, nada favorable al país. Sus acciones solo han dejado sangre, destrucción, miseria, terror en el campo y las ciudades.
La pregunta: ¿Durante las décadas de existencia de estos grupos guerrilleros que beneficio ha tenido la población colombiana de esos grupos armados? La respuesta es: ninguno, lo contrario temor, atraso, pobreza, muerte, inmensos recursos de nuestros impuestos gastados para combatirlos, desestabilización política en las regiones, terror en las zonas rurales y en los pueblos más atrasados, daños ecológicos y en fin ha sido todo un verdadero mal para la nación.
Sin embargo han contado con las oportunidades que casi todos los gobiernos les han brindado en acuerdos de paz, principiando por Belisario Betancur, luego Virgilio Barco donde grupos como el Epl y el M-19 dejaron las armas incorporándose a la política, en cambio las Farc y el Eln se han burlado del país, accediendo a procesos de paz que no han cumplido, aunque unos pocos si aceptaron ir al Congreso con curules regaladas, amnistía e indulto a sus crímenes, pagos por el Estado y con el honor de figurar entre los padres de la patria. Ahí están pelechando. No se conoce ninguna ley o proyecto de estos parlamentarios exguerrilleros, ni de sus partidos que haya favorecido hasta ahora a un solo colombiano.
De nada le ha servido a Colombia esta guerrilla. Todo lo contrario, ha sido un mal incrustado en el país, donde tres generaciones han tenido que sufrirlo, un karma que se está pagando como lo dirían los orientales y aun sin ver o percibir su fin, y lo terrible que hasta ahora ha dejado es el peor presidente de la historia, de formación criminal y anárquica aprendida de su pasado guerrillero, un soberbio que lo que toca daña, como lo hizo con Bogotá cuando ejerció esa nefasta alcaldía.
Si se hiciera un balance de cuánto dinero ha costado a Colombia estos grupos criminales disfrazados de redentores, con ello se hubieran construido más carreteras, trenes, escuelas, universidades, hospitales, generado más trabajo, vivido mejor con paz, tranquilidad y progreso. Cuántas familias de campesinos desplazados, asesinados, tierras robadas, niños abusivamente reclutados y violados por guerrilleros que hoy lucen credenciales en el Congreso de la República. Se les monto un tribunal de justicia especial para que los exonerara de toda culpa y contrario, para que juzgara y encarcelara a los militares que defendían al país, además con la anuencia de la comunidad internacional. Más no se les pudo haber dado a este puñado minoritario y violento que solo ha traído dolor a Colombia.
Finalmente, el que a hierro mata a hierro muere y eso está demostrado, estarán asándose en los avernos, lugar que ellos mismos escogieron.