ERNESTO RODRÍGUEZ MEDINA | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Agosto de 2011

Oyen cantar el gallo...


“En Colombia se legisla sin conocimiento de causa”


EL  adagio popular nos advierte: “Oyen cantar el gallo pero no saben dónde...” y es aplicable en casos como los del senador del Polo Jorge Guevara y otros colegas suyos del PIN y del Liberalismo, por más señas, al alegar en la exposición de motivos del proyecto de ley que busca redefinir funciones de la defenestrada CNTV: “Si bien las tecnologías de la información y las comunicaciones tienen un altísimo impacto social y cada vez logran mayor penetración, gracias a la masificación del Internet, también es cierto que el fenómeno social y cultural de la televisión sigue teniendo trascendencia decisiva en la formación de los valores y la opinión pública”. ¡Y lo dicen campantemente, como si la televisión no fuera parte consustancial y fundamental de las TIC y no constituyera el contenido multivisual por excelencia de la red de redes! Algo así como si un grupo de cirujanos realizara una operación de corazón abierto sin tener la menor idea de la conformación anatómica del paciente. Y eso que forman parte de la Comisión Sexta del Senado, que se supone especializada en el tema.


Tampoco han descubierto el agua tibia al señalar que las TIC son fundamentales para el desarrollo. Pero es imperdonable que ignoren los nuevos escenarios en donde, precisamente, por lo convergentes y totalizadoras, son protagonistas integrales e inseparables, emitiendo y recibiendo datos y mensajes a través de una telaraña global de redes y servicios.


Hay que entender las Tecnologías de la Información, TI, en un mundo interconectado e interactuante, como aquellas que están destinadas a promover el libre flujo de la información a partir de la libertad de pensamiento, opinión, expresión, educación/emisión y circulación de mensajes o contenidos.


Y hay que definir las Tecnologías de las Comunicaciones, TC, como aquellas que constituyen la plataforma lógica e infraestructura tecnológica que hacen posible la canalización y transmisión de esos contenidos a través de las diversas redes y aplicaciones (telefonía, televisión, telemática) y de los diversos y distintos medios de comunicación masiva.


Y es esa fusión de “contenidos” y “contenedores” la que nos permitirá a los colombianos acceder, en forma equitativa, a la nueva Sociedad del Conocimiento y en donde la televisión, a través de la Internet será la gran protagonista en una dimensión sin límites si nos atenemos al último anuncio de la IBM al revelar un chip computacional que podrá emular las habilidades del cerebro.


No deja de ser preocupante que quienes deberán definir el futuro de nuestra televisión, pero sobre todo la forma como deberá ser promovida y regulada, no sepan que tienen que hacerlo dentro del gran contexto del cambio tecnológico, a fin de poder garantizarle un ámbito armónico adecuado. Un contexto que no es otro que el maravilloso y revolucionario mundo de las TIC.
ernestorodriguezmedina@gmail.com