Con profundo respeto, admiración y consideración, los miembros de la Policía Nacional de Colombia, tanto en actividad como en retiro, rindieron sentido homenaje al Señor Brigadier General Luis Alfredo Rubio Parra por ser el primer oficial en cumplir 100 años de vida, luego de haber alcanzado el generalato en las filas institucionales. Gran muestra de reconocimiento transmite la institución por sus hijos al registrar en este momento, para la posteridad y honra actual tan magno acontecimiento; que el mando en las actuales circunstancias, saque el tiempo necesario para acompañar y vitorear a tan distinguido miembro de la reserva policial, muestra el nivel de respeto que los hombres en actividad sienten por sus superiores en retiro. Palpable ejemplo de solidaridad ante sus subordinados demostró el Señor Director General, Jorge Hernando Nieto Rojas. En cuanto a los componentes de la reserva activa, con el Señor General Héctor Darío Castro Cabrera, a la cabeza, como Presidente del Colegio de Generales, no fueron inferiores al reconocer la obra y desempeño profesional de tan digno General de la República. Vayan mis reconocimientos para estos dos hombres que representando la institucionalidad, el compañerismo y la gallardía, resaltaron tan egregio suceso.
No sería transparente en esta columna si no hiciera referencia al trasegar profesional del Señor General Rubio Parra, recordando su ingreso a la institución por los años 1944 cuando se graduó en el gobierno del Doctor Alfonso López Pumarejo. Fue del curso de oficiales José María Córdoba el joven oficial Rubio Parra, quien graduado de la Escuela Normal de Tunja, abandonó la docencia para abrazar la Policía Nacional como un llamado al servicio ciudadano.
Duros retos esperaban nuestro ilustre oficial, entre los que podemos destacar, la defensa del palacio de la Policía que por los aciagos días del 9 de Abril de 1948, cuando el caos se apoderó de Bogotá un grupo de enardecidos ciudadanos que intentó tomarse las instalaciones administrativas y convertirlas en cenizas, intención que un puñado de valientes, liderados por Rubio Parra lograron frustrar. También vivió los acontecimientos de 1953 cuando asumió la presidencia el General Gustavo Rojas Pinilla, gobierno que terminó con el pacto de Benidorm y la instauración del Frente Nacional.
Como ven mis amables lectores, se trató de una persona de reconocidos logros, convertido en testigo y actor de excepción de gestas patrias e institucionales. El espacio se hace corto y la historia es larga, bástenos reconocer sus servicios en diferentes departamentos y dependencia donde su paso dejó huellas.
La familia es motivo de orgullo para nuestro superior, su esposa, hijos, nietos y bisnietos hacen gozosa su vida, a quienes en su momento la institución extendió el sentido reconocimiento y votos al criador, pidiendo les permita seguir disfrutando de tan bendecida familia, en compañía de nuestro General.