Gobernar es prever | El Nuevo Siglo
Sábado, 14 de Enero de 2017

Según las informaciones que han aparecido en los medios de comunicación, bien parece que las autoridades que tienen que ver con la actividad ferroviaria han acordado que existe un patrimonio nacional, no solamente en infraestructura sino en conocimientos, para aunque que sea furtivamente, se reactiven algunas líneas ferroviarias para beneficio de la ciudadanía, particularmente para  los habitantes de Bogotá, digamos más bien para los de la Sabana. Se pondrán en funcionamiento los trenes de cercanías tal como sucede en grandes capitales del mundo.  Londres, Nueva York, París, Madrid, Buenos Aires, Viena, entre muchas otras han puesto en servicio las líneas afluentes a ellas.

Quienes en alguna forma nos hemos interesado por los ferrocarriles, uno de los medios de transporte que tiene sus particularidades, al conocer de los propósitos de las autoridades que tienen que ver con el tema, no tenemos más alternativa que alegrarnos de ello y desear que sus buenos y plausibles deseos se conviertan en realidad.  Bien puede ser que no solamente se consiga un medio de transporte rápido y eficaz para los usuarios, sino que pueda convertirse en un mecanismo de transformación urbanística en toda la Sabana. Podría convertirse en un aporte  para resolver, en parte, la gran congestión de tránsito que existe en la capital y también para desarrollar aún más las poblaciones sabaneras en las cuales podrían asentarse en condiciones más amables buena parte de la población que atraída por las oportunidades que ofrece la capital contribuye a su crecimiento incontrolado y caótico.

Si a esta iniciativa se le agrega las  de ampliar la autopista del norte así como las vías de ingreso a la capital, con seguridad que estamos en vísperas de una gran transformación de Bogotá y todo su entorno. Tendría entonces que pensarse en una nueva manera de organizar una nueva  unidad administrativa que sería la capital y todo su entorno, desde luego sin menoscabar la autonomía de todas las poblaciones aledañas. Pero como dicen los que saben de las lides políticas cuya aspiración definitiva es la de manejar un país, lejos de ocuparse de las asuntos cuotidianos, gobernar es prever. 

Uno de los grandes atractivos de la Sabana de Bogotá es la naturaleza que posee.  El verde que la rodea, así como el agua de la cual dispone, con seguridad que fueron  los atractivos que tuvo en cuenta Gonzalo Jiménez de Quesada al fundar esta urbe que está ya casi próxima, en agosto del 2038 a cumplir quinientos años de existencia.  Ojalá no se pase inadvertida esta efeméride.

En el cuatrienio de Belisario se le dio la partida a un servicio ferroviario de turismo ente  Bogotá y Zipaquirá, cuyo propósito fue el de ofrecer un cómodo y agradable servicio de solaz para los bogotanos para semanalmente ir a visitar las famosas Salinas. Liquidados los ferrocarriles, gracias a un visionario ferroviario quien contra viento y marea lo ha mantenido, lo ha ampliado llevando y trayendo a los estudiantes para asistir a sus clases en las sedes universitarias de la Sabana. De hecho ya existe el tren de cercanías.