Guillermo Franco Camacho | El Nuevo Siglo
Sábado, 14 de Marzo de 2015

SAGITARIO

Joseph K.

Se SE  ha hecho mención varias veces, en esta columna, a Extraditados por Error (Planeta, Bogotá, 2014) de José Guarnizo quien cita a Franz Kafka al recibir sus personajes decisiones judiciales inmerecidas en la vida real; los conocedores saben que Joseph K. es la personalidad principal de El Proceso y el  propósito de estas líneas es resumir dicha obra leída, en esta oportunidad, con singular concentración. El novelista checo es el autor preferido por quien escribe y se comete, tal vez, una herejía al mostrar tal inclinación cuando un compatriota ilustre, Gabriel García Márquez, es Premio Nobel en literatura; la razón reside precisamente en las sanciones a los inocentes que puedan todavía ocurrir. Kafka y Maquiavelo son los únicos escritores sobre los cuales se lleva archivo especial.

El lector de Guarnizo encontrará justificada su base en Kafka. Josep K. es un empleado bancario de categoría, inferior inmediatamente al director y al subdirector, quien un día cualquiera es declarado bajo arresto, sin encarcelarlo, y sin que nadie le informe la causa que aparentemente desconocen quienes lo contactan; Guarnizo afirma que dicha ignorancia se observa, al principio, con quienes son solicitados en extradición a EE.UU. Cosa interesante, Joseph K. sospecha calumnias o ¿chismes se diría en Colombia? y teme que el segundo a bordo lo perjudique.

Se detecta que el sistema judicial es corrupto, las conexiones son fundamentales, juegan los sobornos, continúa la ignorancia sobre las acusaciones, los archivos no pueden ser examinados por el acusado y su defensa, se siguen procedimientos secretos, difícil acceso a los jueces superiores, los abogados defensores son de bajo nivel y simples picapleitos hasta pensar Joseph K. que él mismo debe remplazar al suyo y, finalmente, nuestro héroe muere asesinado. Sería pertinente el desarrollo de tesis de grado comparativas entre el modelo “Kafka” versus el comunista, nazi y otros.

Lo mejor de esta novela incompleta es el capítulo séptimo donde Joseph K. es informado por un pintor de segunda -no es abogado- que existen tres clases de sentencias: la absolución real, la aparente y el aplazamiento; la ideal es la primera pero no es factible (no conoce de caso alguno en la práctica) y no puede asesorarlo y entiende solo las opciones segunda y tercera sobre las cuales Joseph K. debe definirse y ninguna es definitiva: reaparecen siempre.