GUILLERMO LEÓN ESCOBAR HERRÁN | El Nuevo Siglo
Martes, 15 de Octubre de 2013

La parábola del retorno

 

Pietro Parolin  ha sido nombrado Secretario de Estado por Francisco. Por el nombre del cargo ocupará el puesto de Bertone, de Sodano, de Casaroli pero no tendrá la plenitud de funciones que éstos tuvieron y de las cuales -en su resultado  hoy se hace un análisis profundo y a veces despiadado-. Lo más indicado es que ese  cargo, en la “gramática de la renovación” cambie de nombre.  Francisco y los 8 cardenales por él nombrados han demostrado que saben barajar todas las cartas que han sido colocadas a su disposición.

Todos los comentaristas esperaban que grandes figuras como Rodríguez Maradiaga o Bertello fueran los nominados y en efecto lo fueron no por el Papa sino por los medios de comunicación y los mentideros de Curia que acostumbran inventar sensacionalismos que corrigen al día siguiente con nuevas invenciones llevados de la mano de quienes  “venden” noticias e interpretaciones a sabiendas de que un acierto cubre noventa y nueve  equivocaciones. Así sucedió con el cónclave y con la elección del nuevo Pontífice y con la mayoría de lo acontecido con los llamados “vatiliks” que fueron una cadena de  revelaciones  que frente a los sucesos que las generaron son apenas sensacionalismos que no tocaban la almendra de lo que estaba aconteciendo.

Además, creada la Comisión de los 8 Francisco no iba a renunciar a ella porque en ella está el poder, la iniciativa del cambio, el cerebro colectivo con el que el Papa debe diseñar la Nueva Iglesia.

La Curia adquirió una importancia descomunal en la época de lucha contra la Reforma Protestante y la preside la Secretaría de Estado como órgano político que se ocupaba en marcar y lograr la difícil armonía entre lo doctrinal y lo político de la iglesia . Luego se llegó a la venturosa pérdida de los Estados Pontificios, suceso que comenzó a liberar a la Iglesia de algo que no le es propio como es el poder temporal.

Bien puede decirse que a partir de la pérdida de tanto poder temporal como tuvo la Iglesia los pontífices han sido de honda calidad humana; personas de fuerte espiritualidad y de indiscutible testimonio. La Curia guiada por el cardenal Gasparri -Secretario de Estado- logra el acierto para ese entonces de los Pactos Lateranenses. Ese poder se creció en desmesura y Pio XII que lo sabía gobernó asumiendo y ejerciendo los dos cargos el de Pontífice y Secretario de Estado; Juan XXIII y el Concilio le regresaron su fuerza a la Secretaría de Estado hasta hoy cuando -luego de muchas viceversas, denuncias y variadas desviaciones- el Papa Francisco optó por tomar decisiones que han de cambiar claramente el rumbo de la Iglesia.

A esa tarea viene Parolin, un excelente sacerdote que estamos ciertos será capaz de tener sintonía con Francisco  y de tener pulso firme en el cambio de rumbo. No será fácil. Hay mucha gente buena que adora sus equivocaciones y hay  otros que serán obstáculo, pero son más los que harán posible el cambio que se anhela.

guilloescobar@yahoo.com