Historia e historiografía | El Nuevo Siglo
Sábado, 18 de Marzo de 2017

Bien parece que el hombre desarrolla algunos mecanismos de protección sobre la gran cantidad de acontecimientos que a diario lo bombardean.  ¿Será por eso que dicen que Colombia es un país que figura entre los más felices del mundo? O será más bien que hemos desarrollado actitudes para no dejarnos hundir en todas las cosas que a otros los agobian, sino mecanismos mentales de defensa en contra de la influencia los acontecimientos sobre su conducta y sanidad mental. Se nos ha desarrollado una capa durísima, que nos permite sobrevivir más o menos alegremente en medio de hechos que en otras latitudes podrían sumergir a los ciudadanos en grandes preocupaciones colectivas. Será por esos que los grandes conductores u hombres providenciales no han abundado por estos lares. 

En alguna ocasión un europeo que llevaba bastantes años residenciado en nuestro país, fue preguntado sobre qué era lo que le gustaba de Colombia; después de haber hecho el consabido elogio de los colombianos, de su geografía, en fin de todo lo  que se debe contestar cuando se es huésped, dijo que de las cosas que más le gustaban es que aquí siempre sucedía algo.  Evidentemente así es o por lo menos las cosas que suceden son tomadas con una gran seguridad colectiva y raras veces hay expresiones colectivas qué lamentar.

El asesinato de Gaitán no se compadece con lo que se acaba de afirmar; los desmanes que se sucedieron no alteraron en forma permanente la vida colectiva. Pasado el luto todo volvió a la normalidad y el país siguió su marcha de progreso. Han sucedido hechos importantes pero el país sigue subsistiendo bien, como apreciación de carácter general y colectivo.  Así, seguramente lo registrarán los historiadores, quienes para ejercer sus tareas deben de ocuparse para, en forma científica, registrar los hechos más importantes y trascendentales del pasado humano. En la historia  bien parece que deben registrarse tiempo después de que sucedan los hechos que se quieren relatar.  Hacerlo en el instante en el cual acaecen es la historiografía, que en términos elementales es en cierta la historia de la historia.

Los acontecimientos se narran tal como quien lo hace, los presenció o supo de ellos. Es la memoria de quien relata desde el punto de vista de sus propios intereses y simpatías por lo cual es eminentemente subjetiva y no objetiva como deben registrarse los acontecimientos que generan la historia. La Revolución Francesa marcó la vida de muchos países de occidente, los hechos que la generaron, las circunstancias que la hicieron posiblemente narradas por los generadores de ella, forman parte de la historiografía de este hecho trascendental; son parte de las informaciones que los historiadores deben analizar para registrar objetivamente la historia.

El 20 de julio de 1810, así como el 7 de agosto de 1819 son hechos históricos. Si es que los habitantes de estos territorios estaban aburridos  y desesperados con la Colonia Española  y se sublevaron o que los criollos hijos de españoles nacidos en la colonia no tenían derecho a los cargos oficiales y estimularon los desórdenes para tratar de modificar su situación, son informaciones que forman parte de la historiografía.