HUGO QUINTERO BERNATE | El Nuevo Siglo
Lunes, 15 de Agosto de 2011

¿Conductas privadas?


“Todos los actos ilícitos son asuntos públicos”


EL  escándalo de la semana anterior en los medios de comunicación, corrió esta vez por cuenta de la matonería del Director Técnico de la Selección Colombia de Fútbol, quien no tuvo mejor cosa que hacer a la salida de un bar bogotano que emprenderla a golpes contra la mujer que tuvo la mala idea de acompañarlo esa noche.


Más allá del inevitable escándalo mediático, de la alharaca amarillista y de todos los chistes que circulan por las redes sociales, algunos muy buenos valga decirlo, el tema ha servido para demostrar el vergonzoso grado de tolerancia que hay en este país con la violencia conyugal.


Los alegatos justificatorios, en el peor de los casos, explicativos, en el mejor, van desde el de una H. Senadora que justificó la golpiza en la habitual necedad de sus congéneres, hasta el de quienes, como un comentarista deportivo, alegaba que lo grave no era la agresión física contra la mujer sino la difusión del tema.


Y entre todos los argumentos que se oyeron para evitarle sanciones al director técnico de la selección, el más descabellado es el de quienes alegan que el hecho, reconocido por el propio técnico en un comunicado, pertenece a su vida privada y que por tanto, nadie tenía derecho a inmiscuirse en situaciones de esa naturaleza.
La tesis no deja de ser preocupante, pero tan equivocada que resulta muy fácil de refutar. Lo único privado que hay en la atarvanería de la conducta del Director Técnico es la relación que tiene con la dama víctima de su agresión y sobre esa situación no hay nada que averiguar, indagar o publicar. Esa es su vida privada, aunque él la haga pública acudiendo a un sitio público a exhibir su relación.


Si se aceptara que agredir a una mujer es un acto privado, la tesis podría entonces extenderse hasta decir que si la mata, sigue siendo una actuación privada. O que cualquier delito que se cometa en un recinto privado es un acto de la misma índole. Véase la tesis frente a los delitos sexuales, ¿qué hay más privado que eso? No, es exactamente al revés. Todos los actos ilícitos son asuntos públicos, no sólo en su conocimiento sino en su persecución.


No es contrario a esta conclusión que algunos ilícitos requieran querella para su sanción, pues independientemente de si puede o no ejercerse la acción penal por el Estado, el hecho es ilícito y no le quita esa naturaleza que la víctima quiera o no denunciarlo.
El problema de esa violencia es tan grave para la sociedad, es decir, para lo público, que hace relativamente poco se creó el delito de Violencia Intrafamiliar, que además se agrava cuando se ejerce contra una mujer, y por tal la ley no entiende sólo a la esposa, sino que ahora incluye a todas las que integren la unidad doméstica.


Ya será la jurisprudencia la que decida en cada caso si la (el) amante contribuye a la unidad doméstica, pues como decía la abuela: casos se han visto.
Twitter: @quinternatte