Completando mis columnas sobre “El mes de las Misiones”, octubre, presento esta tercera para ampliar un poco más mi comentario sobre tema de tanta trascendencia como de la difusión del Evangelio de Cristo, en Colombia y en el mundo.
Fue con fines culturales, principalmente, como vino más adelante en la historia el llamado “Renacimiento”, en la Edad Media, con cultivo de lo religioso todo impulsado por varios Papas, como su iniciador Nicolás V (1447 – 1455), Julio II (1503 - 1513) y Sixto X (1513 - 1521). Agitó, luego, la época “La Reforma Protestante”, con principal impulsor Martin Lutero (1483- 1546), seguida con la valiosa “Contrarreforma Católica”, con el Concilio de Trento (1545-1563). Estos pasos anteriores, con sus discusiones y precisiones, contribuyeron a puntualizar la fe en aspectos como Sacramentos y definición sobre Libros Canónicos de la Biblia.
Acontecimiento de gran repercusión religiosa, amplió la difusión del Evangelio en el mundo, fue el “Descubrimiento de América” (1492), patrocinado por los Reyes Católicos de España, con grandes Misioneros que sembraron el Evangelio, y mitigaron el desbordamiento de conquistadores. En la época de la Colonia se impulsaron obras sociales de inspiración cristiana, como “las Reducciones” de Jesuitas, y Universidades por ellos y los Dominicos. Irlanda cumplió meritoria evangelización en América del Norte.
En la Colonia, y, luego, en países ya independientes, qué labor tan admirable de evangelización la de S. Luis Beltrán (1526-1581) y S. Pedro Claver (1580 a 1654), testimonios admirables de fervor misionero. Posteriormente, hemos tenido a S. Ezequiel Moreno, agustino español con labor Casanare y suroccidente (1888 – 1906); a Mons. Esteban Rojas Tobar, en Tolima, Huila, Caquetá y leprosorio de Agua de Dios (1895-1933). Más recientemente, en meritoria labor, al Beato Mariano Eusse (1845-1926), la de Sta. Laura Montoya (1874 a 1949), y al Siervo de Dios Obispo Miguel Ángel Builes (1888 -1971), con las Comunidades Religiosas por ellos fundadas.
Pasando la organización de las Misiones a escala mundial, es de especial memoria la profética actuación de la laica francesa Venerable Paulina Jaricot (1799-1862), con su fundación de la “Sociedad de la Propagación de la Fe”. Viene, luego, el avance de las Misiones con organizaciones que han venido desde los Papas Benedicto XV con su Carta Apostólica “Maximum Ilud” (1919), luego la creación de las tres grandes Obras Pontificias Misionales por Pio XI (1922), y establecimiento, por él mismo del Tercer Domingo de octubre, como “Día Universal de las Misiones” (1928).
Año tras año pedimos invitados todos los católicos del mundo a esta máxima obra de misericordia, que las encierran todas, con nuestro aporte espiritual y material para que llegue a todas las gentes la mayor de las riquezas como es la fe y la decisión de una vida a la luz de ella. Nada más agradable a Dios de cuanto hagamos por nuestra salvación y la de nuestros hermanos. Hijo Jesús: “Sed misericordiosos como vuestro Padre” (Lc.6, 36), y en el juicio final tendremos su agradecimiento por hecho a los demás como hecho a Él mismo (Lc. 25,46).
*Obispo Emérito de Garzón
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