Ante la aparición nuevamente de movimientos estudiantiles que han puesto en jaque a universidades americanas de jóvenes pertenecientes a las diferentes ideologías que están involucradas en la actual guerra entre Israel y Palestina, me parece importante no solo recordar que estos movimientos han aparecido en diferentes momentos de nuestra historia en el siglo XIX y el actual.
Como no recordar los movimientos estudiantiles que vivimos cuando estábamos en la universidad. Recuerdo vívidamente la reacción de la Facultad de Sociología de la Universidad Javeriana que la llevó a su cierre. Siempre vi una fuerza, un entusiasmó joven por luchar por unas reivindicaciones que siempre buscan la igualdad, la justicia, sin importar las ideologías que se defiendan. Aunque reconozco cierta tendencia izquierdista propias de la juventud.
En Colombia, existe un movimiento universitario que, frente a su multiculturalidad y expresiones ideológicas diversas, se constituyen en un grupo que pretende renovar las fuerzas sociales del país, buscando siempre sus reivindicaciones. Hoy estamos viviendo el caso de la elección de rector de la Universidad Nacional, a la que inexplicablemente la ministra de Educación no ha respondido coherentemente en su manejo a la responsabilidad de haber presidido un Consejo de Elección para la nueva cabeza de la institución.
En los 60’s, frente a la guerra del Vietnam y un poco promovidos por los grupos afrodescendientes de los derechos civiles quienes lucharon hombro a hombro junto a las diferentes expresiones estudiantiles en los Estados Unidos, éstos buscaron incidir en la finalización de la guerra del Vietnam.
El final de la década se recuerda por la participación de una generación, llamada ‘baby-boom”, pertenecientes a familias que por primera vez llegaban a tener estudios universitarios y que llevó a una irrupción de protestas en todas partes del mundo. Éstos confiaban en su capacidad de generar un ascenso social y especialmente ir en contra de lo que se consideraban “convencionalismos arcaicos que requerían un cambio”. Posteriormente fueron acusados de ir contra los valores y principios tradicionales. Otra revolución icónica fue la de mayo en Francia, a quienes los sindicatos se unieron a los estudiantes y esta mezcla de políticos con ideales estudiantiles dieron como producto la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga en la historia de Francia.
El actual movimiento empezó en Universidad de Columbia (New York) el 17 de abril, como un movimiento empático con el sufrimiento del pueblo palestino y la injusticia de ser víctimas. Han hecho campamentos alrededor de ésta. Apoyan la finalización de lo que consideran el genocidio palestino y hacen un llamado a las universidades a no seguir recibiendo fondos de los judíos y que, con las inversiones hechas, éstas se revierten en armas para el ejercito israelita.
Los universitarios judíos se sienten atacados sin razones, hablan de no ser antisemitas y que ellos son pacifistas. Netanyahu ha calificado el movimiento como antisemita. Se habla que estos movimientos están financiados externamente desde Qatar, que no son de carácter humanista. Y que están quemando las banderas americanas. Todo esto ha llevado a una intolerancia que ha cobrado combates entre varios sectores. Muchos de ellos son latinos, de origen negro y, obviamente, de origen árabe.
El movimiento se expandió rápidamente en las universidades de Harvad MIT, Berkeley, Michigan, las de Los Ángeles, Georgia, UCL y demás Estados. Ya llegó a Francia México, Alemania y otros países.
Netanyahu habla de turbas antisemitas. Recuerda lo que sucedió en Europa en 1930.
Los policías están cubriendo todos los campamentos. Y los estudiantes siguen en sesión permanente y no piensan.
Lamentablemente las universidades entraron a reprimir cerrar los campus y esto ha exacerbado más los ánimos. Hasta hoy, el movimiento sigue ganado adeptos alrededor del mundo.