JOSÉ LUJÁN ZAPATA | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Noviembre de 2013

Sobran abogados (I)

 

El Presidente de la República y la Ministra de Educación, igual que los congresistas del país, debieran tomar nota de que en Colombia, la proliferación de abogados fomenta el desempleo profesional y atenta contra la dignidad, el bienestar  y la ética de los integrantes de tan noble y necesaria profesión. Dicha proliferación demuestra falta de planeación educativa, ineptitud, en este campo, tanto de gobiernos como de legisladores de los últimos 60 años.

Al tratadista de derecho administrativo, Jaime Vidal Perdomo, le escuchamos hace algún tiempo, la siguiente anécdota que ilustra sobre lo afirmado; según el citado catedrático; el presidente Guillermo León Valencia, a comienzos de su administración, entre los años 1962 y 1966, le ofreció al maestro Darío Echandía, la Rectoría del primer centro educativo del país, la Universidad Nacional. Pero el maestro le respondió al Presidente que no podía aceptarle tan honroso ofrecimiento, por la principal razón de que se le convertiría en un problema para el propio Presidente; ya que de llegar a tal Rectoría, daría comienzo a su labor, eliminando, por innecesaria e inútil, la Facultad de Derecho de dicha Universidad Nacional.

El maestro Darío Echandía conocía muy bien el hecho de que, en la década de los años 60, ya había saturación de abogados y el país empezaba a necesitar profesionales de otras ramas del saber. Ahora, el asunto se ha tornado dramático por la existencia de numerosas facultades o escuelas de Derecho, muchas de ellas en universidades de garaje, y por el hecho, que nos parece absurdo, de que, a estas alturas, todavía el Icetex, el organismo estatal que presta dinero para estudiar diferentes carreras, auxilia, con costosos préstamos, a estudiantes pobres, para cursar Derecho. Con auxilios oficiales se gradúan numerosos estudiantes que salen a ejercer una profesión con una demanda de trabajo saturada en lo público y en lo privado, que difícilmente les permitirá ganarse la vida honestamente.

Bogotá, capital de Colombia, con unas 25 facultades de Derecho; un horror, para no decir un absurdo. París, capital de Francia, solo tiene 7 facultades de Derecho. Ante lo anterior uno no sabe si reír con risa cínica; o llorar con tristeza de patria. Algún día este asunto será solucionado. Es cuestión de que nuestro pueblo aprenda a votar. No es únicamente vocación de estudiantes. Entre nosotros, casi nadie estudia lo que quiere sino lo que puede. 

lujanza@hotmail.com