JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Septiembre de 2011

Los fantasmas


“Sistema de educación superior requería recursos adicionales”


TODOS  de niños recordamos aquellos momentos en que en la noche veíamos fantasmas a nuestro alrededor y era necesario la presencia de nuestros padres para aclararnos que allí no habían tales seres, sino simplemente ilusiones ópticas con lo que sucedía a nuestro alrededor. Algo similar pasa en política pública, en donde es muy común que surjan fantasmas similares, respecto de los cuales es más común aún constatar que los actores en referencia a dicha política terminen asustados con ellos.


Algo similar a esto pudo haber pasado con la propuesta de ley de reforma a la educación superior, y en particular en referencia a la posibilidad de que existieran instituciones de educación con ánimo de lucro. A pesar de que los argumentos sobraban en favor de dicha propuesta, el fantasma resultó más poderoso y asustó a más de uno, al punto que la bancada de la Unidad Nacional terminó más asustada.


Era claro que el sistema de educación superior requería recursos y esfuerzos adicionales para lograr incrementar la cobertura del actual 37% al esperado 50% en el año 2014, y que un camino posible era a través de instituciones técnicas y tecnológicas o universitarias con recursos del sector privado. Fue igualmente claro que esto no difería mucho de la realidad de buena parte del sistema actual de educación superior, en donde hay instituciones que tienen ánimo de lucro real y teóricamente todo lo contrario, al punto que como el mismo Director de la DIAN confirmó a un medio de comunicación, es común la venta de puestos de los Consejos Directivos en Panamá. El proyecto de ley por lo menos hubiese permitido que dicho ánimo de lucro velado tributara al Estado lo merecido y que dichos recursos se hubiesen invertido en más calidad.


Surgieron argumentos en contra basados en que en algunos países dichas instituciones eran de mala calidad, argumentos que nunca pusieron los contraejemplos, y menos aún tuvieron en consideración que la calidad de un sistema educativo o en general de la prestación de un servicio público no depende de la fuente de financiamiento, sino de una buena estrategia de regulación y control.


Superado el fantasma en mención, queda por lo menos algo muy claro. El Gobierno ha reconocido públicamente que hoy en el sistema colombiano hay instituciones de educación superior que sin tener ánimo de lucro en sus estatutos, sí lo tienen en la práctica. Esto significa que un tema que debe trabajarse inmediatamente es el fortalecimiento del control, vigilancia y regulación, tema que como alguna vez lo propuso Ulpiano Ayala, de Fedesarrollo, merecería ser manejado por una agencia o superintendencia, distinta al Ministerio (que hace la política), para por lo menos seguir normas modernas de regulación pública. Este sería un tema bonito de debate en el proyecto de ley en el Congreso de la República, y nos permitiría seguir mejorando en la calidad y transparencia del sistema de educación superior, que fue la supuesta razón del susto con el fantasma.
jrestrep@gmail.com