A la demografía no le importan cosas como las huelgas nacionales por la edad de jubilación, las protestas públicas sobre la anticoncepción y el derecho al aborto, la orientación, los hábitos y las preferencias sexuales, la ideología política y la afiliación a un partido, los códigos de vestimenta y las prendas para cubrirse la cabeza, y la identidad, las creencias y las prácticas religiosas.
La actual población mundial de ocho mil millones se debe en gran parte al rápido crecimiento sin precedentes de la población mundial durante el siglo XX. Casi que se cuadruplicó, ya que pasó de 1.600 millones a principios del siglo, a 6.100 millones al final del mismo. Y ello fue simplemente el resultado de que los nacimientos superaran en gran medida a las muertes y las tasas de mortalidad disminuyeran rápidamente, especialmente durante la segunda mitad del siglo pasado.
La tasa mundial de fecundidad en la década de 1960, por ejemplo, era de unos cinco nacimientos por mujer y los nacimientos superaban en número a las muertes en casi tres a uno en la década de 1980. La esperanza de vida al nacer aumentó drásticamente, pasando de unos 45 años a mediados del siglo XX a unos 65 años a finales de siglo.
La situación actual es diferente en todo. Por ejemplo, la tasa de crecimiento de la población mundial en 2021 fue de alrededor de 0,8 %, casi un tercio del nivel máximo en 1963. Además, el aumento anual de la población en 2021 fue de unos 68 millones, o alrededor de las tres cuartas partes del nivel de 1990. Además, la edad media de la población mundial, que era de unos 20 años en 1970, aumentó en 50 %, llegando a los 30 años en 2022.
La tasa de fecundidad mundial es ahora de aproximadamente 2,3 nacimientos por mujer, o aproximadamente la mitad del nivel de hace 60 años. Además, aproximadamente 100 países tienen una tasa de fecundidad total por debajo del nivel de reemplazo de 2,1 nacimientos por mujer.
Como resultado de las tasas de fecundidad por debajo del nivel de reemplazo, se espera que la población actual de unos 60 países sea menor para 2070. Se prevé que la disminución total de la población de esos países durante los próximos 50 años sea de más de 500 millones. Entre los países con los mayores descensos en su población se encuentran China (-340 millones), Japón (-35 millones), Rusia (-22 millones), Corea del Sur (-16 millones) e Italia (-15 millones).
Además, se espera que muchos países experimenten disminuciones sustanciales en el tamaño relativo de sus poblaciones. Se proyecta que muchos de esos países tendrán una disminución de la población de 10 % o más en las próximas cuatro décadas. Por ejemplo, se estima que la disminución relativa del tamaño de la población sea de 22 % para Japón, de 21 % para Corea del Sur y de 18 % para Italia.
En el otro extremo, se espera que la población de dos docenas de países, que representan casi 10% de la población mundial, se duplique con creces para 2060. Esos aumentos de población proyectados para 2060 incluyen 106 % en Afganistán, 109 % en Sudán, 113 % en Uganda, 136 % en Tanzania, 142 % en Angola, 147 % en Somalia, 167 % en la República Democrática del Congo y 227 % en Níger.
Además de la disminución y el crecimiento proyectados de las poblaciones nacionales, se espera que las estructuras de edad de los países de todo el mundo envejezcan considerablemente. Y ello es un gran desafío para las sociedades y las economías.