La verdad sobre la muerte digna | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Julio de 2021

Primero quiero comenzar esta columna haciendo un homenaje a todas las personas que buscan la mayor dignidad posible hasta el momento de la partida y que se han ido de la manera que han elegido. Quiero insistir que todos son valientes, los que eligen la eutanasia como forma de no perder su dignidad por sufrimiento y los que optan por vivir su enfermedad hasta una muerte natural, recobrando la dignidad a través de su espíritu de lucha y de sobrellevar las difíciles situaciones que trae una enfermedad terminal, para dejarle un legado a sus seres queridos de fortaleza y de aceptación.

Cuando hablamos de eutanasia, como lo hemos visto en las últimas semanas con casos sonados en la televisión y la prensa, vale la pena decir que este procedimiento que tiene la intención de quitarle la vida a otro ser humano a través de la aplicación de unos medicamentos, no es la única forma de morir con dignidad, porque eso quiere decir, por ejemplo, que los que no optan por este procedimiento ¿no mueren dignamente? 

Cuando se revisan los datos juiciosamente, nos damos cuenta que la mayoría de personas que padecen enfermedades graves e incurables no quieren morir y lo único que piden, por ejemplo, son cuidados para mitigar sus síntomas como el dolor, no padecer y sufrir, y poder seguir accediendo a atención por profesionales que los acompañen y los ayuden. En Colombia se calcula alrededor de unos 200.000 casos al año que requieren este tipo de atención por diagnósticos de enfermedades incurables, progresivas y que amenazan la vida. Si revisamos datos de países que llevan muchos años aplicando la eutanasia por ejemplo se dice que el porcentaje de personas que la solicitan es alrededor del 3 a 4% de los pacientes que fallecen en un año. Si venimos a los datos en Colombia éstos concuerdan en solo 94 procedimientos en los últimos 6 años. Creo que esto nos pone en una realidad más cruel y es que a especialidades como los Cuidados Paliativos que son las que se encargan del alivio del sufrimiento, hace 4 o 5 años solo accedían un 1% de los pacientes con estas necesidades. Hoy en día, después de la ley 1733 de 2014 sobre Cuidados Paliativos en Colombia, hemos aumentado difícilmente a un 16% según los datos del último Atlas Latinoamericano de Cuidados Paliativos 2020.

Así las cosas, la discusión que deberíamos tener es otra, ¿Cuántos pacientes de los que no solicitan la eutanasia, porque no la desean, no tienen acceso a Cuidados Paliativos ni a una adecuada atención en salud para su condición que les generen dignidad? Por esta razón, estoy de acuerdo con las discusiones en el congreso para reglamentar la eutanasia, pero sobre la realidad y es que es una minoría de colombianos los que la desean; la gran mayoría no la quieren y también mueren con dignidad cuando reciben cuidados paliativos. Pero deberíamos centrarnos en los que no tienen opciones de una ni de otra.

También invito a los periodistas y a los legisladores a informarse más y a fondo sobre este tema y a llamar las cosas por su nombre, más que a desinformar y mostrar los casos de eutanasia y no mostrar los miles de colombianos que también mueren con dignidad con Cuidados Paliativos o porque no, a los que no pueden acceder ni a lo uno ni a lo otro. Seguro se sorprenderán.