Durante las últimas tres o cuatro décadas, en Colombia algunos hogares pasaron de ser pobres o incluso de estar por debajo de la línea de pobreza a pertenecer a la “clase media”, que en nuestro país son hogares que dependiendo de quién hace la medición tienen ingresos por persona de entre $609 mil pesos y $3 millones de pesos al mes. Ser de clase media en Colombia no es ser “acomodado”, sino que ya no es considerado pobre. La pobreza está por debajo de ingresos de $257 mil pesos al mes por persona.
Dentro de la clase media algunos autores como Alejandro Gaviria y Mauricio Cárdenas han identificado un segmento que llaman “clase media vulnerable”. Se le pone el calificativo de vulnerable porque acaban de escapar de la pobreza, pero tienen el enorme riesgo de volver a caer en esta y tampoco alcanzan a ser parte de la clase media consolidada. Si ya tenían este riesgo antes del Covid-19, esta emergencia los hace más vulnerables y están sufriendo como pocos en este momento. Atenderlos es de los mejores negocios que se pueden plantear, pues la caracterización los pone como consumidores de tecnología, de educación y unos abanderados de educar a sus hijos.
En estas familias que hacen parte de la clase media vulnerable, cada individuo tiene ingresos entre $257 mil pesos y $609 mil pesos al mes. Los datos cobran especial relevancia ante la coyuntura social y económica que estamos afrontado a nivel mundial. Y es que la clase media vulnerable en Colombia son 20 millones de personas, alrededor del 40% de la población. Por su parte, las personas en pobreza son cerca de 13,5 millones, el 27% de la población. Estamos hablando, nada más ni nada menos, de que el 67% de la población nacional es pobre o es vulnerable.
Esta población tiene empleos de baja calidad, generalmente informales, y una protección social insuficiente con unos ingresos bajos e inestables y sin capacidad de ahorro que les permita enfrentar emergencias. Trabajan en sectores como: Minas y Canteras, Textiles, Prendas de vestir, Cuero, Construcción, Alojamiento y Restaurantes, Arte y Entretenimiento, y Servicios.
Por eso es que yo digo que las familias en la clase media vulnerable no son de aquí, pero tampoco son de allá. No son de aquí, porque no son familias catalogadas como pobres que pueden ser beneficiarias de programas sociales como Familias en Acción, Compensación de IVA o Adulto Mayor, -habrá algunas familias de clase media vulnerable que sí se beneficien, pero créanme no son la mayoría-. Tampoco son de allá, clase media, porque carecen de un empleo formal, de unos ingresos estables y de un ahorro disponible que les permita sobrevivir ante emergencias.
Un ejemplo de esta clase media vulnerable sería una familia conformada por una manicurista, un transportador de una ruta escolar y un hijo. Cada uno genera $850 mil pesos al mes, por lo que el ingreso del hogar es $1.700.000. Sin olvidar al hijo, lo que esta familia realmente tiene para gasto por persona del hogar es $567mil pesos. Por la pandemia los salones de belleza están cerrados y las rutas escolares paradas. No son trabajadores formales por lo que no puede acceder a beneficios como subsidio al cesante de la caja de compensación, pero tampoco las características de su hogar les da para acceder a subsidios del Gobierno. Y con el ingreso disponible por persona de $567mil pesos no alcanzan a ahorrar. Esta es la historia de 5,6 millones de familias en Colombia que se encuentran en la clase vulnerable, según el Foro Económico Mundial 54 millones personas regresarán a la pobreza en América Latina y el Caribe a causa de la pandemia.
Hasta el momento las medidas del Gobierno se han concentrado en otorgar subsidios a las familias más pobres y así se debe seguir haciendo. Pero que no se nos olviden estas 5,6 millones de familias en Colombia que están en la vulnerabilidad y en la mitad entre la clase menos privilegiada y la clase media. Es hora de empezar a pensar en la clase media vulnerable. El desafío es enorme y como país debemos estar preparados para asumirlo.