Estamos ante un país polarizado en las ideas y las actitudes, una inseguridad que ya no tiene límites, un ambiente de incertidumbre y temor en el ámbito nacional, un gobierno que requiere mayor coordinación, una dirigencia política sin rumbo y una economía que todos los días se ve menos dinámica y creciente.
Pero si vamos al análisis internacional las cosas no están mejor, tal y como lo demuestran la guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto entre Israel y los palestinos, la situación de política interna de los Estados Unidos, las dificultades económicas y políticas de Europa y la incertidumbre de su próximo político en países cercanos como el caso de España, donde no se ha logrado una alianza mayoritaria para conformar gobierno después de las últimas elecciones.
Todo lo anterior exige que la sensatez y la responsabilidad de los líderes tanto nacionales como internacionales demuestren su gran responsabilidad histórica y de compromiso con el desarrollo de nuestros países y el mantenimiento de la paz mundial.
En medio de este panorama en Colombia se dará este domingo el proceso electoral, donde hemos de elegir las autoridades regionales y municipales tanto de los poderes ejecutivos como de los cuerpos colegiados. Hoy más que nunca los colombianos tenemos que actuar con inmensa claridad y responsabilidad, pues esta decisión debe convertirse en una especie de examen del momento político y una posibilidad clara para elegir a los mejores para liderar el escenario donde se toman las decisiones más cercanas a los intereses de la comunidad y el desarrollo de nuestras regiones.
Por eso no debemos olvidar que debemos aprovechar la oportunidad para elegir no solo a los mejores, sino también para castigar con nuestro voto a los corruptos, a aquellos que han aprovechado para buscar beneficios personales o a quienes han estado comprometidos con la mala administración y decisiones que no son de beneficio colectivo.
Colombia y los colombianos merecemos a los mejores dirigentes. Aprovechemos este próximo ejercicio electoral para demostrar que somos capaces de elegir a los mejores y que requerimos rescatar el país de la inseguridad, defender los valores perdidos, imponer el rescate de la ética y la moral para así reconstruir un país donde impere el orden, el desarrollo con equidad , la defensa de la institucionalidad , la justicia castigando a quienes no cumplan con nuestro Estado de derecho y donde sobresalga los líderes comprometidos en la defensa del futuro de nuestra nación
Invito a todos los colombianos a que participemos en las urnas. No comulguemos con el abstencionismo y ejerzamos activamente nuestros derechos políticos. Si los colombianos de bien, que somos la inmensa mayoría, atendemos con responsabilidad y compromiso nuestro deber electoral y depositamos nuestro voto a conciencia buscando el interés general, podremos cambiar el destino de nuestro país.
Y hago este llamado a la participación, pues históricamente hemos visto como en algunas regiones la abstención y el no acudir a las urnas, ha terminado favoreciendo a aquellos que manipulan a unos cuantos o ejercen prácticas antidemocráticas, pues entre menos votantes existan más fácil les queda lograr sus objetivos ilícitos.
La democracia ha puesto en nuestras manos el más sagrado e importante derecho: el voto. Ejercer nuestro voto acudiendo a las urnas, ejercer nuestro voto actuando a conciencia y ejercer nuestro voto depositando nuestra confianza en los mejores es prenda de garantía para el desarrollo y el fortalecimiento de nuestro país.
Ha llegado la hora de la verdad. Si queremos contribuir a cambiar nuestro país, acudamos a las urnas este 29 de octubre.