LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 8 de Septiembre de 2013

Compra colombiano

 

“El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre; el nuestro se parece al amor del padre junto a la cuna del hijo. Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada; para nosotros, todavía sigue naciendo”.

Arturo Jauretche

 

Aunque los paros y protestas aún no terminan en nuestra amada Colombia,  tenemos la certeza de que el país, cambió y cambió para bien.

Ya no nos llevarán de la nariguera a las urnas. La clase política, los funcionarios del Gobierno y las empresas extranjeras quedaron advertidas de que el amor por nuestra patria ha resurgido, ha reverdecido, como el campo en Boyacá.

Los jóvenes estaremos vigilantes a través de las redes sociales, pendientes de lo que ofrecen y de lo que pueden cumplirle al pueblo colombiano y además iniciamos desde ya una gran campaña con la frase “Colombiano consume Colombiano”.

Eso será querer lo nuestro, amar nuestro terruño, exigiendo que se proteja y se ayude al sector agrario nacional, estoy segura de que así  se mantendrá la paz en nuestros territorios y se evitará que otra vez nuestros campesinos regresen al paro.

No hay derecho a que contrabandistas y comerciantes inescrupulosos sin sentido patrio estén trayendo, papa, aguacates, maíz, frutas por doquier de otros países. Tenemos que incentivar y mejorar la producción nacional porque no es justo que cuando vamos a cosechar y llevarla al mercado nacional, entran las importaciones y el contrabando a acabar con nuestros esfuerzos.

Seamos sensatos, no me digan que un buen café con panela a las cinco y media de la mañana en Togüí, con el cual iniciamos nuestras labores en el campo, no es mucho mejor que un café amargo traído de Vietnam. Y qué tal nuestro pollos  y huevos campesinos, nuestra panela, arepas o la longaniza de Sutamarchán,  no son mejores que la comida sintética traída de la China.

Sé que tenemos que mejorar en muchas cosas, crear centros de acopio, tener control de calidad para ser más competitivos. Las Cooperativas Agro-alimentarias tendrían la función de controlar y recomendar los productos que se deban cosechar con énfasis en el mantenimiento de biodiversidad, su transformación y distribución sobre todo la comercialización de variedades autóctonas que forman parte de nuestro patrimonio ancestral.

Asumamos cada uno nuestra responsabilidad, no perdamos nuestra identidad, iniciemos por una cosa mínima y es consumir lo nuestro, lo de origen nacional, seamos conscientes, compremos trabajo colombiano.

lorenarubianof@gmail.com