LA RENUNCIA a la junta directiva de Juan José Echavarría y Luis Alberto Zuleta, dos de los miembros principales, fue la última gota para sacar a la luz la situación de Ecopetrol, la compañía más valiosa del país.
En el último año, la petrolera enfrenta una caída sistemática de sus ganancias, pero a esto se suma la decisión del presidente Gustavo Petro de rechazar un negocio con OXY para la compra de la petrolera Crown Rock, dedicada a la exploración en el Permian en Estados Unidos, hecho que indujo a la renuncia de Echavarría y Zuleta.
Pero, además, en el camino, se destaca el escándalo con la contratación de helicópteros por parte de la firma Helistar, para Ecopetrol, Ocensa y Cenit, y esta semana reventó lo de la confusa situación sobre el desabastecimiento de combustibles para las aerolíneas.
Todos estos hechos han generado incertidumbre y preocupación sobre la petrolera que es la joya de la corona del país, y los riesgos que generan ante su futuro.
Freno al desarrollo
El exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, sostuvo a EL NUEVO SIGLO, que “personalmente creo que el futuro de Ecopetrol está en riesgo por dos razones. La primera de ellas porque el presidente Gustavo Petro, al haber tomado la decisión de no firmar nuevos contratos de exploración de gas y de petróleo y al restringir o impedirle el desarrollo de proyectos de exploración no convencional, incluso en los Estados Unidos, que a todas luces tienen indicadores positivos para la compañía, pues le resta como compañía la posibilidad de su propio desarrollo. Es decir, a Ecopetrol le están capando la posibilidad de poder desarrollar su capacidad de generación de ingresos de mediano y de largo plazo, primero por la no firma de los contratos de exploración de gas y de petróleo y segundo por decisiones como estas que son totalmente contrarias a la evidencia de que aumentan la utilidad, la generación de caja, la producción las reservas de Ecopetrol”.
Indica que “como punto número 2, me parece que la carta que enviaron quienes eran miembros de la Junta y que renunciaron a ella, es una demostración de que se está deteriorando profundamente el gobierno corporativo del interior de la entidad. Cuando una entidad por un lado adolece de capacidad de visión de largo plazo, adolece de capacidad para que tenga la oportunidad de generar más ingresos a largo plazo y simultáneamente se le está afectando su gobierno interno, su gobierno corporativo, pues eso tiene un efecto importante también en la entidad. Entonces yo sí creo que hay un riesgo importante sobre el futuro de la compañía por esas dos razones”.
Echavarría y Zuleta se van porque Ecopetrol rechazó efectuar un negocio que lucía llamativo desde el punto de vista financiero: la compra del 49% de Crown Rock, que garantizaba, según los expertos, alrededor de US $1.000 millones de ingresos adicionales para la empresa colombiana.
Sin embargo, la parte controversial del trato era que esto se ejecutaría a través de la explotación de un yacimiento en Texas, Estados Unidos, por medio de fracking.
Lo que dijo el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, fue que el endeudamiento que necesitaría la petrolera para efectuar la compra afectaría la calificación crediticia de la compañía, pero todos los cálculos financieros muestran que la operación pagaría la deuda y dejaría grandes utilidades.
Grave peligro
Por su parte, el también exministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, dijo a este Diario, que “considero que el futuro de Ecopetrol es delicado y sombrío. En este gobierno de Petro, las utilidades de Ecopetrol vienen cayendo sistemáticamente durante los últimos dos años. La cotización de su acción ha seguido el mismo curso a la baja tanto en los mercados nacionales como en la Bolsa de Nueva York, las reservas de petróleo están a la baja, lo mismo que las de gas y la producción también está prácticamente estancada”.
Señala Restrepo que “a Ecopetrol lo están metiendo en malos negocios, pero no le dejan hacer los buenos negocios como hubiera sido, por ejemplo, el negocio en el Permian de los Estados Unidos que le habría dado en asociación con la Oxy muy buenas utilidades. Los delegados gubernamentales de la Junta de Ecopetrol vienen actuando más como agentes de la Casa de Nariño que como miembros de Junta Directiva independiente. Por ejemplo, fue con su voto con el que se nombró ahora un cuestionado presidente de ISA, toda vez que Ecopetrol tiene una parte importante de la propiedad de esta empresa”.
Indica el exministro, que “parece que el gobierno olvida que no es el único dueño de Ecopetrol, que hay 250.000 accionistas privados que requieren también que las decisiones se tomen equilibradamente; sin embargo, parece ser que en el gobierno actual se cree que quien hace y deshace de Ecopetrol es el presidente de la República y no sus directivos. Y esto está trayendo muy mal los resultados para Ecopetrol. La renuncia de los doctores Echavarría y Zuleta así lo demuestra con el malestar que traducen está renuncia de manera tan inadecuada, como está funcionando la Junta de Ecopetrol. Además, el episodio de la escasez de los combustibles para las aerolíneas también demuestra las falencias e improvisaciones de Ecopetrol. De seguir así se ve en grave peligro la viabilidad financiera y corporativa de la empresa más importante del país. A Ecopetrol la está destrozando los caprichos del gobierno actual, muy especialmente el presidente”.
Pasando factura
Mientras tanto, el exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, señaló a este Diario, que “la renuncia de dos miembros independientes de la Junta directiva de Ecopetrol y sobre todo los motivos que aducen para retirarse, son motivo de preocupación, porque lo que está en juego es nada menos que el régimen corporativo, que, por estar listada en Bolsa, deben regir las decisiones tomadas”.
Manifiesta Acosta, que “ello se viene a sumar el desalentador reporte de su desempeño en el primer semestre de este año, con una caída de las utilidades del orden de 24,2%. De continuar esta tendencia se van a ver seriamente afectados los dividendos que habrá de girarle Ecopetrol a la Nación el año entrante, justo en momentos en los que se tramita el Presupuesto para la vigencia de 2025 con desfinanciamiento de $12 billones. Ambos eventos terminarán por pasarle la cuenta a Ecopetrol, repercutiendo en la cotización de su acción”.
Mal ambiente
El presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, señaló a los medios sobre estas renuncias que “se ha manifestado algunas incomodidades de algunos miembros de la junta directiva frente al contrato o compromiso que se debe adquirir con OXY”.
Fue así que mencionó que el proyecto de negocio tuvo un trámite muy complejo, pero aclaró que la junta directiva no había aprobado la transacción, pues en abril pasado se acordó ir a negociar, pero no la compra.
“Lamento profundamente que ellos estén pensando en no seguir haciendo parte de la junta directiva porque son excelentes profesionales y consejeros”, sostuvo.
Manifestó Roa que “para nadie es secreto la postura que tiene el presidente Petro ante el fracking”. Ante esto, explicó que, para llevar a buen puerto el negocio con Occidental Petroleum Company, había la necesidad de consultar con el alto gobierno.
“Para ver si había voluntad para contar con Hacienda. Ante esa pregunta, la respuesta fue que no había ambiente para ir a hacer negocio. Esto se informó a la junta”, dijo.
Sobre si la decisión de no hacer el negocio con OXY puede perjudicar el futuro de Ecopetrol, el presidente de la compañía dijo que “eso hace parte de todas las alternativas que tiene el Grupo Ecopetrol. Seguimos evaluando alternativas, pero ese era un excelente proyecto en aumento de producción, ambientales y económicos, pero no generaba regalías ni impuestos para el país”.
Roa señaló que, en el mejor escenario, ese negocio habría significado US $700 millones para la petrolera. Además, reconoció que esto le habría permitido a la empresa sustituir el consumo que se tiene en el año de y reponer los 220 millones de barriles de reserva.
No obstante, también resaltó que sin este negocio con OXY no se deterioran las finanzas de Ecopetrol.