¿Mentira repetida, igual verdad? | El Nuevo Siglo
Sábado, 11 de Febrero de 2017

La exministra Álvarez quien no es ninguna tonta, escribió un artículo en El Tiempo en esta semana que ahora culmina, en el cual señala y hace notar la manera como los sofistas, si de alguna manera se puede mencionar a quienes le dan su propia interpretación a los hechos, es decir como una mentira se puede fácilmente convertir en verdad. Algún político de los nuestros, que suelen ser tan hábiles para interpretar los hechos, decía que una mentira repetida en forma sistemática puede fácilmente convertirse en verdad. 

Ahora con todos los acontecimientos que tienen conmocionada a la opinión pública por los tremendos actos de distracción de dineros públicos, para utilizar el lenguaje de quienes califican en esta forma los actos por medio de los cuales ciertas personas con acceso privilegiado a la forma como se manejan los dineros públicos, aprovechan y se quedan con buena parte de estos bienes que son públicos.

¿Tendremos que dar gracias a los autoridades de los Estados Unidos a donde fue a parar como detenido, sindicado de manejos indebidos que tuvieron que ver con ese país, el señor Norberto Oderbrecht, por habernos dejado conocer cómo fueron esquilmadas nuestras finanzas y las de otros países?  Porque de otra manera bien parece ser que hubiéramos muerto inocentes de todo lo sucedido. 

El ciudadano del común se pregunta si de no haber existido la necesidad del señor Oderbrecht de congraciarse con las autoridades judiciales norteamericanas denunciando hechos de los cuales su firma fue actora y protagonista hubiera contado, cantado, como dicen en el argot judicial, todos sus malabares y sus socios y compinches a los largo de América, en donde solamente haciendo partícipes de sus “utilidades” a quienes tenían la capacidad de determinar quiénes serían los favorecidos con los contratos de obras públicas tan jugosos que permitían asociar a personas que aparentemente no corrían riesgo alguno diferente al de poner su buena voluntad para obtener los contratos.  Los hechos han venido demostrando que los riesgos que corrían los socios así enganchados no eran muy diferentes a los que corren los delincuentes que caen con las manos en la masa. Ojalá la justicia opere con diligencia y severidad, los responsables deben ser debidamente castigados de acuerdo con las leyes que nos rigen.

El Señor Fiscal quien hasta ahora se ha conducido con cautela y tino, ha faltado  a la objetividad con la cual deben obrar quienes deben administrar la justicia. No tenerla y dejarse guiar por “dimes y diretes” no puede ni debe ser la manera de proceder de quien tiene la alta responsabilidad de investigar la comisión de delitos y una vez esté seguro de la comisión de ellos, dar el traslado correspondiente a la llamada justicia ordinaria. (¿Será que hay  justicia extraordinaria?) ¿Se querrá repetir, entonces,  convertir una mentira repetida en una realidad virtual?  Eso es jugar con candela.  Es cierto que a las masas se las puede engañar o digamos mejor, distraer para que se ocupe de otras cosas; pero la sicología colectiva no puede ni debe ser engañada porque más rápidamente de lo que se cree, cae en la cuenta.