Otro año del calendario gregoriano | El Nuevo Siglo
Sábado, 7 de Enero de 2017

En esta  época de año nuevo cuando se despide uno y se le da la bienvenida a otro es para alguna ocasión inocua que no invita ni siquiera a pensar en lo que ha sucedido en el año al cual se está despidiendo, ni a reflexión alguna sobre lo que puede suceder en el nuevo. Seguramente tienen en mente que esto de la división o cuenta del tiempo es un asunto puramente arbitrario, basado en observaciones astronómicas las cuales a su vez determinaban acontecimientos religiosos.

Basado en estudios realizados por científicos de la Universidad de Salamanca, el Papa Gregorio XIII por medio de la bula Inter Gravíssimas  sustituyó por el denominado calendario gregoriano al calendario juliano utilizado por Julio César en el año 46 AC. El desfase acumulado en ese momento, 1.582, fue de 10 días  de los cuales hubo necesidad de hacer caso omiso.  La Iglesia Católica, a través de los Concilios de Nicea y Trento, se ocupó de este tema. Hubo necesidad de explicar por qué unos años son bisiestos así como las correcciones que con el tiempo era necesario introducir; exponer las razones científicas y astronómicas rebasa abundantemente el objeto de este artículo, que no es otro que el de poner de presente el importantísimo aporte de la Iglesia en la fijación de la medida del tiempo por medio del calendario actual el cual prácticamente rige en todo el mundo.

El viviente que le da por pensar en estos días acerca de la implicación de cambio de año puede o ser totalmente indiferente o  reflexionar con respecto a lo sucedido en el año que expira y también en lo que espera del que se inicia.  Se dice de los buenos propósitos; dejar de fumar, de tomar, de portarse bien o mejor con sus familiares y seres queridos, en fin intención de mejorar en todo sentido. Esos suelen ser pensamientos y deseos que son flor de un día. A la primera oportunidad se olvidan los buenos deseos y el mundo sigue su marcha.

En cuanto al entorno se puede pensar con base en la experiencia y el conocimiento en que las cosas sucedan en uno u otro sentido. Nuestro país seguirá andando en forma semejante a como lo ha estado haciendo en los últimos años. En este tendremos el tema de la paz que ojalá se afiance definitivamente; la oposición ciega e intolerante que ha sufrido el gobierno lo más probable es que continúe con mayor ardentía por las proximidad de las elecciones para cuerpo colegiados y presidente. La oposición debe ser constructiva sin dejar de dejar pasar lo que le parece inadecuado. Es inaceptable mentir, costumbre esta que se ha convertido en instrumento político de uso más frecuente que el deseable.

Se puede prever como etapa final del Gobierno un período bastante duro para el sector ejecutivo. Lo cierto es que no fue afortunada la coincidencia de una reforma tributaria con la fijación del salario mínimo. Los paros serán el arma de manifestación de la inconformidad. El IPC del 2.016  será otro factor de inestabilidad no por lo que ya pasó, sino por lo que puede suceder este año.