Países ricos, países pobres | El Nuevo Siglo
Miércoles, 2 de Junio de 2021

¡Qué injusticia! Mientras en los Estados Unidos le están rogando a la gente que se vacune, en los países pobres, que no tienen dinero ni capacidad para obtener las vacunas, la gente está rogando que la vacunen.

Bien sabemos que para llegar a la llamada inmunidad de rebaño por lo menos 75% de la población de un país debe estar vacunada, o debe de haber padecido el virus y desarrollado anticuerpos. Joe Biden ha prometido que para finales de julio su país habrá obtenido la deseada inmunidad. Hoy 53% ya están vacunados o tienen anticuerpos. El mayor problema del gobierno es que aproximadamente 35% de los estadounidenses se niega a vacunarse por razones variadas; algunos por motivos religiosos, otros por miedo y desconfianza hacia las vacunas, otros por rebeldía, desidia, o simplemente, y lo voy a decir como me lo han dicho, “porque no les da la gana”.

El gobierno norteamericano, a nivel nacional y estatal, está desarrollando toda clase de actividades para convencer a la población de que se vacune. Se ha pedido a los líderes de la ciudadanía su colaboración para convencer a los indecisos, persona a persona, si es necesario. Políticos, líderes religiosos e industriales, actores, deportistas destacados, en fin, todo el que es alguien, está ayudando.

En algunos estados, donde la marihuana recreativa está legalizada, las universidades han instalado puestos de salud donde los jóvenes se ponen la vacuna y a la salida del quiosco les entregan su “puchito” como premio. En otros estados han establecido vacunación en los bares y quien se vacune puede pasar con su comprobante a la barra y recibir un trago gratis; han bautizado este programa “shot for shot” y ha tenido gran éxito. En La Florida, el dueño de las deliciosas donuts Krispy Cream, regala una donut a todo el que prueba que ya está vacunado, y así hay cientos de promociones para entusiasmar a los indecisos: rebajas en pasajes aéreos, en cruceros, en restaurantes, en librerías, hasta pequeños regalos aquí y allá.

De acuerdo con una encuesta reciente la mayoría de los que se niegan a recibir la vacuna lo harían si les dieran USD $100 por hacerlo. Esto me parece escandaloso. Ojalá el gobierno no lo haga. Michelle Obama informó por televisión que en su casa no entrará nadie que no esté vacunado. Sin embargo, cada día hay menos gente vacunándose y el gobierno está alarmado. Si no se logra el 75% de vacunación, todos los esfuerzos para ganar la batalla contra el covid-19 se habrán perdido.

China, Rusia, Europa e Israel están avanzando también más rápidamente que el resto del globo.

¿Y los demás países qué? ¡Que se los lleve el diablo! Parece ser la respuesta. En decenas de países no hay ¡ni habrá! vacunas suficientes para lograr la inmunidad de rebaño antes de dos o tres años. ¡Es monstruoso! La indiferencia de los países poderosos hacia la comunidad internacional es una vergüenza. Hablan con magnanimidad pero poco hacen.

Deben entender que mientras no se vacune el resto de la humanidad, nadie estará a salvo. Porque todos estamos en el mismo bote ¡Gústeles a los poderosos o no! Así que es mejor que nos ayuden con las vacunas o tendrán que sufrir las consecuencias.