El 29 de junio del 2022 tuve la oportunidad de acompañar al presidente Uribe al primer encuentro personal que tendría con el electo presidente Petro, titular que tomó por sorpresa al país y que generó especulaciones de todo tipo. Incluso muchos afirmaban: “no se reunió con Santos, se va a reunir con Petro”. El encuentro duró aproximadamente tres horas, se tornó en un diálogo tranquilo, respetuoso, escuchábamos dos visiones completamente diferentes de país:
Tierras, pensiones, salud, hidrocarburos, Fuerza Pública, proceso de paz y temas laborales fueron algunos de los temas abordados; pero nada ha cambiado de la posición del presidente Petro frente al sistema de salud. Lo mencionado ese día es lo que estamos enfrentando en el Congreso. La intención es clara: acabar el sistema actual, estatizar y regresar a lo que fue el fracasado Seguro Social.
Recuerdo perfectamente que el presidente Uribe le explicó en detalle la génesis de la Ley 100, sus beneficios y avances, pero también reconoció lo que se debía corregir, “acabar con la corrupción del sistema, mejorar las condiciones del talento humano y ampliar la cobertura en las zonas rurales”, los mismos argumentos que defendemos 15 meses después del primer encuentro. Ese es el Centro Democrático, coherencia y firmeza en los argumentos y los valores democráticos.
Actualmente el país enfrenta una grave situación en materia de salud, pagos retenidos a las EPS, suministro de medicamentos en veremos, y la escasez, producto de la ineficiencia del Invima y el Ministerio de Salud para responder a las alertas que se vienen presentando desde finales del año pasado. Esta situación preocupa a los colombianos, especialmente a los cerca de 7 millones de pacientes con enfermedades críticas y terminales.
Pero, además de la salud de los colombianos que está en riesgo por las ideas socialistas del gobierno Petro, hace dos meses en el Congreso solicitamos a la plenaria del Senado poner a consideración una proposición con la finalidad de que se nombre un Tribunal Médico para que el presidente Petro se realice un dictamen médico, y así conocer su estado de salud físico y mental; no es normal que falte a su agenda presidencial de manera sistemática, que de jueves a domingo desaparezca con frecuencia y el país se quede sin presidente. ¿Por qué se pierde del radar?
La pregunta es qué pasa con la salud del presidente. Justo el fin de semana que estuvo en Venezuela visitando a su amigo, el dictador-genocida Maduro, y haciendo anuncios desmedidos y carentes de argumentos técnicos, reconoció que se ubica entre la población de colombianos con enfermedades mentales. ¿El Senado de la República qué hará?
La lucha continúa, llevamos nueve meses con la reforma a la salud en la Cámara de Representantes y en la noche del martes se aprobó, aún sin conocer el impacto fiscal, que por su arrogancia el ministro de Hacienda, no ha tenido la voluntad de radicar ante el Congreso de la República. Irresponsabilidad en su máxima expresión.
Continuaremos enfrentando el debate de cara a los colombianos, no nos moveremos ni un milímetro, dialogar no significa claudicar. i.Esperemos que el presidente Petro, quien ha llamado al diálogo sobre puntos comunes, escuche. Si es sensato, retira la reforma y construye sobre lo construido.
Presidente Petro no juegue con la salud de los colombianos, ¡ni con la suya!
*Vicepresidente Cámara de Representantes