Dolor de patria y de policía por los duros, confusos e indeterminados los sucesos acaecidos el 5 de octubre en Tumaco, vereda Puesto Rico. Los que conocemos la región sabemos la diferencia tan marcada entre el casco urbano y la zonas selváticas del entorno, por lo tanto comprendemos lo complicado para la policía y los mandos, enfrentar una misión tan compleja como erradicar de coca esa región. El Director General y el Director Antinarcóticos se han comprometido con el programa, y sus hombres cumplen las consignas con estoicismo y valor.
La verdad de lo sucedido es hoy desconocida por las autoridades, y no me atrevo a describir la situación por temor a equivocarme, agregando maraña a los hechos. Pero la verdad es que se presentó un momento de confusión generado por esa gran tensión que vive el sector de cara a la erradicación forzada desarrollada por fuerza pública y recibida con prevención a ojos de los agricultores de la zona, dedicados al cultivo de coca. Por fortuna el Vicepresidente acudió a calmar los ánimos y morigerar la situación. ¿Cómo se dieron los hechos? Seguramente se sabrá a lo largo de la investigación, antes no, y todo lo que se diga, afirme o sostenga hasta el momento entra en el plano de la especulación, generando gran daño a todas las partes involucradas de una u otra manera en la escena del conflicto. Es mejor aguardar paciencia ante investigaciones tan delicadas por el impacto frente al gobierno, la opinión pública y especialmente ante los programas de erradicación tan sensibles y necesarios.
De lo anterior podemos colegir que lo ocurrido no fue profesional, ni prudentemente manejado, se corrió en busca de responsables, se escucharon afirmaciones acaloradas, se desconocieron versiones, obligando decisiones apresuradas y, lo más grave, se descalificó de entrada a la institución Policía Nacional. No estoy haciendo una defensa de los hombres que pudieron fallar o equivocarse, eso lo esclarecerán los investigadores. Llamo la atención sobre la arremetida contra toda la policía, pues se escucharon voces hablando de crisis y demás… ¡Cómo se ve que no conocen la región¡ Lo inhóspito del clima, los riesgos de la erradicación manual, el peligro de las bandas delincuenciales, la amenaza de los disidentes de las Farc y mucho menos valoran la mística y espíritu de servicio demostrado por aquellos policiales destinados a tan duras y riesgosas tareas.
Nos preguntamos, ¿Quiénes son los directos beneficiados de esta estrategia? ¿Serán los narcotraficantes interesados en continuar con el negocio a costa del país? ¿Están buscando la salida de la fuerza pública del sector para hacer a sus anchas, uso y abuso de estas tierras? ¿O pretenden evitar a ultranza la erradicación? Pareciera un plan concebido y desarrollado en contra de de una institución y su cadena de mandos.