RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Miércoles, 17 de Agosto de 2011

El día de la bestia


“Donde impera el neosocialismo la crisis es profunda”


PARECIERA  que la humanidad del siglo XXI, estuviera viviendo como en el día de la bestia, una famosa película española dirigida por Alex de la Iglesia, donde se muestra una visión apocalíptica del fin del milenio.


La película plantea que en Madrid, España por si acaso, nacería el anticristo lo que engendraría una época de vandalismo y de delincuencia. De delirio. De histeria colectiva. En el siglo XXI, pareciera que la humanidad se contagió de la bestia. De la Hidra. Del anticristo.


Dijo la Virgen de Fátima que si Rusia no se convertía, la humanidad padecería de sus errores. En pleno siglo XXI, la predicción de la Virgen de Fátima toma vigor sobre todo, cuando en el preámbulo de la más profunda crisis económica y social de la humanidad, el mundo se encuentra dominado por la bestia del neosocialismo a ultranza.


Y, curiosamente, en los países donde impera el neosocialismo la crisis económica es profunda. Hasta en Bogotá, que al parecer se dejó encantar por la bestia.
Lo que sucede en EE.UU., junto con las demandas de los jóvenes en todo el mundo, nos indicaría que algo anda mal. Estos fenómenos deberían conducir a un alto en el camino de la clase dirigente tanto política, como empresarial.


Los modelos económicos y políticos presentan síntomas de agotamiento. Cuando se acabó el Imperio Romano, llegaron los bárbaros y acabaron con todo. La Revolución Francesa aparece como un agotamiento hacia la monarquía.


En Occidente se vive la destrucción de la familia, pilar de nuestra sociedad.
En el comunismo se vive la castración y subyugación del ser humano como tal que ha conducido a la miseria humana.


La falta de valores, valores básicos primarios de convivencia, hacen de esta un imposible vivir. Ya no se puede vivir bien. Vivimos en una sociedad sin límites morales, ni éticos. Vivimos en un relativismo moral donde nada importa.


En Colombia, para no ir más lejos, a Mario Vanemerak, por ejemplo, casi lo crucifican por el incidente que tuvo en Pasto. Al jugador panameño que pateó una lechuza le “clavaron” una multa de veinte millones de pesos. Ahora resulta que le perdonan la vida al “Bolillo” Gómez.


Pero a Uribe y su séquito no les van a perdonar la vida y los quieren ver en la cárcel. Al mismo tiempo, con los favorcitos de la CSJ, dejan libres e impunes a los personajes que aparecen en los computadores de RR. Que no son pocos, por lo que vi.


La sociedad del siglo XXI está viviendo como en el día de la bestia. Como los bárbaros. Sin valores. Sin límites. En medio de una burbuja social y financiera. Y por cuenta de sus errores caerá en una dimensión desconocida hasta ahora nunca antes vista.


Puntilla. Santos Chamberlain va para una dimensión desconocida “que se las pela”. Si no es que ya está en ella. Junto con Piedad, Cano y su secretario Roy Barreras.