Ante lo pregonado por algunos medios sobre la situación decadente del Catolicismo en Colombia, hay, por el contrario, muchas actividades católicas confortantes. La siembra del mensaje de Jesucristo por misioneros católicos desde la iniciación de la evangelización en nuestro país, que llegaron desde el descubrimiento de América (12-10-1492), y estuvieron presentes en la fundación de ciudades como Santa Marta, Cali, Popayán, Bogotá, y, fue siembra que germinó, benéficamente, en esta Patria nuestra. Gran influjo el de esos misioneros para detener abusos de los conquistadores y difundir ese mensaje salvador.
De recordar la decidida tarea evangelizadora iniciada por los padres Domingo y Bartolomé de las Casas, seguida, luego, por comunidades religiosas como dominicos, agustinos, jesuitas y franciscanos, entre otros, con centenares de apóstoles desde sus filas, y, también, valiosos sacerdotes del clero secular, en las distintas regiones. En educación, en labores científicas como el sabio sacerdote José Celestino Mutis, en promoción social y económica como la “Reducciones” de los Jesuitas, todo ello valioso aporte, con millares de laicos hijos de la Iglesia Católica. En las gestas que fueron marcando las diversas épocas históricas, con surgimiento de repúblicas independientes, se ha tenido la presencia de jerarcas católicos y de un laicado que ha bebido la Doctrina Social de la que ha sido llamada “Madre y Maestra de los Pueblos”.
No ha sido solo el surgimiento de las mencionadas comunidades, sino su entusiasta labor en nuestros días, y el aporte de otras nuevas como eudistas, vicentinos y salesianos, así como la formidable labor de comunidades femeninas como la Presentación, Vicentinas, Salesianas. Vienen luego las surgidas en Colombia como las Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver, las Misioneras de la Madre Laura, Dominicas de diversas denominaciones, y las Comunidades fundadas por el Obispo Misionero Miguel Ángel Builes, Misioneras Teresitas e Hijas de la Misericordia, a la vez que la labor de los Misioneros Javerianos de Yarumal, fundados por el mismo Obispo, con actualizada labor, que sigue en pleno vigor.
Signo de vitalidad, con confortantes actividades católicas en Colombia, están, también, Organizaciones de Apostolado de más reciente fundación, con millares de laicos, como la Legión de María de Frank Duff, en Irlanda (1921), Movimiento de los Focolares de Chiara Lubich, en Italia (1943), Renovación Carismática impulsada en Colombia por Mons. Alfonso Uribe Jaramillo (1970), Camino Neocatecumenal de Kiko Argüello (1970). Gran despertar de vida cristiana hemos tenido, con planes pastorales, como el PDRE, heredero del Movimiento por un Mundo Mejor de P. Ricardo Lombardi, y el SINE o Sistema Integral de Nueva Evangelización, surgido en México (1980), que han llevado a un vivir cristiano personal y pastoral, con gran acogida de distintas regiones del País. Igualmente conforta la contribución eclesial en Colombia, de Retiros de Emús, promovidos en Miami por la laica Mirna Gallagher (1978), del Opus Dei, en sus distintos frentes de acción, fundado por S. José María Escrivá, en España (1928), y de la Central de Juventudes creada por el P. Luis María Fernández en la Capilla (Colombia) (1953).
Todo lo anterior asistido desde el cielo por Santa Laura Montoya, por el Beato Mariano Eusse, y 10 Beatos mártires, entre ellos el Obispo Jesús Emilio Jaramillo y Pbro. Pedro María Ramírez. Se cumple la palabra del Señor “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el final del mundo” (Mt. 28,20), reflejada en la alegría de reconfortantes actividades católicas, que contrastan con el pregón pesimista de algunos comunicadores sociales. Esta es la Colombia que se apresta a recibir al Papa Francisco.
*Obispo Emérito de Garzón
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