Recuperemos la memoria | El Nuevo Siglo
Viernes, 27 de Enero de 2023

Creo que todos los problemas de la humanidad, desde los más pequeños hasta los gigantes, son de memoria: se nos olvidó que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Así como suena.

Lo de la imagen y la semejanza es algo que necesitamos actualizar, para que no se quede en un cuento de libros ancestrales, sino que sea un presente real.  Tal vez el asunto no sea de un barro que se sopló y resultó el ser humano; esa es una metáfora que envuelve una gran verdad: estamos hechos desde una plantilla divina, somos creaciones que reflejan la voluntad del Eterno, su aliento.  Esto lo dicen todas las tradiciones sagradas de sabiduría a lo largo y ancho del globo, como también que hubo –hay- unos ángeles caídos, voluntariosos de sí mismos, que interfieren en un mundo como el nuestro. Por esa interferencia perdimos la semejanza, que es la capacidad de sostener el Amor.

Esto de romántico no tiene nada: el Amor es una fuerza, que necesitamos reactivar en nosotros, en nuestras relaciones con todos y el Todo. Esa injerencia de los ángeles caídos, que siguen siendo poderosos seres de luz, nos mantiene en la tendencia de estar amarrados al inconsciente, ese altísimo porcentaje de contenido mental que nos domina, mientras no seamos capaces con un tres por ciento consciente de identificar, trabajar e integrar las sombras del ego, la parte de nuestra alma que nos mantiene en una baja vibración. Hay otro mínimo porcentaje: el preconsciente, que se manifiesta en sueños, a los cuales podemos atender para revelar aún más al inconsciente.

Esa es la dinámica de nuestros pensamientos, instintos y emociones.  Todos los seres humanos estamos inmersos en ella. Si recordásemos que estamos hechos a imagen de Dios, podríamos en la cotidianidad trabajar para recuperar la semejanza. La clave es el Amor. Hoy te invito a que reconozcas cómo estás ahora mismo en conexión con ese Amor/Fuerza: los latidos de tu corazón, tus sentidos, tu respiración, nada de lo cual depende de ti. Ni de mí.  Ahí está la gracia Divina, al igual que en la flor fragante, la nube viajera, la lluvia refrescante… Nada de ello puede fabricarse en un laboratorio, por más avanzada que sea la tecnología humana. Tampoco el alma.

Nuestras almas pueden recuperar la memoria: estamos hechos de Amor.  ¡Es en serio! No somos simples elementos competidores en una cadena donde se perdió un eslabón, que por demás no encontraremos. La teoría de Darwin sigue siendo eso, teoría; cada quien elige la que le resuena. Claro que evolucionamos, desde nuestra plantilla divina. Para ello, precisamos conocer e integrar nuestros egos y recordar lo esencial. De lo contrario, seguiremos involucionados, distantes del Amor.

@edoxvargas