RODRIGO LLORENTE MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Miércoles, 17 de Agosto de 2011

El balanceo de valores


“No son siempre el reflejo real de los procesos económicos”


LAS  bolsas se enloquecieron: las cotizaciones de los valores subían y bajaban sin cesar. ¿Este era el ritmo de la economía de los países con un movimiento pendular en el precio de las acciones que no tenía una explicación lógica como reflejo de la verdadera situación económica? No hay un sincronismo entre los índices de crecimiento real de las economías globales y lo que reflejan las estadísticas de las cotizaciones de las bolsas de valores.


Al tiempo en que las economías de Europa y de EE,UU. oscilaban hacia el alza las cotizaciones de las bolsas y bonos de las empresas y de las entidades de estos países caían bruscamente; al poco tiempo esta falta de sincronía aparecía en el paralelismo en contravía de las tendencias de los mercados de la producción real y los precios de los valores. Había momentos en que las noticias de los procesos de producción no correspondían a los movimientos en las cotizaciones de las acciones de las empresas: el número de los automóviles producidos ascendía pero simultáneamente las noticias sobre los precios de dichos vehículos bajaban; y así ocurría a la inversa en el período siguiente reflejando una falta de armonía entre estos dos aspectos fundamentales de la producción y la venta de los carros. Y este fenómeno se reproducía en los demás sectores de la economía.


Los movimientos de precios de las acciones y valores en las bolsas no son siempre el reflejo real de los procesos económicos. Estos pueden acelerarse o demorarse como les convenga a los gobiernos de los respectivos Estados según sea la situación de sus países. Pero la situación real de una economía no se modifica en el largo plazo con simples alteraciones en la curva de las cotizaciones de la bolsa.


La economía de un país no se enriquece ni se empobrece cuando se producen ciclos de alza o de bajas en las cotizaciones de las bolsas de valores. Estos movimientos pueden enriquecer o empobrecer a algunas personas o grupos limitados de inversionistas. El verdadero enriquecimiento global se produce cuando se presenta un crecimiento del PIB medido en función del número de habitantes. El ingreso per cápita y sus cambios de un período a otro pueden mostrar en mejor forma estas etapas de enriquecimiento de una economía.
En cambio las alzas en las cotizaciones de los valores bursátiles producen una situación transitoria de optimismo económico que solamente viene a consolidarse sin esto se proyecta en aumentos reales de la producción.