VÍCTOR CORCOBA HERRERO | El Nuevo Siglo
Viernes, 13 de Septiembre de 2013

Un pensamiento: África

 

A veces suceden acontecimientos con los que uno se apasiona y llega a transformarse. Algo parecido debió sucederle al arquitecto sevillano Javier Jiménez Sanchez-Dalp. De pronto, tuvo la inspiración del arte como llamada, y mientras trabajaba en la construcción de un centro de traumatología de la orden hospitalaria de San Juan de Dios en Douala (Camerún), le sorprendieron tantas vivencias que optó por compartirlas. Se adentró tanto en el alma de las gentes que sintió el deseo de acercarnos su rostro vivo. No le debió ser difícil a quien con visión de poeta sabe retratar, desde siempre, modos y maneras de vivir, o lo que es lo mismo, experiencias de vida. A propósito, cuentan sus amigos que ya en la infancia tenía unos innatos impulsos por dibujar todo aquello que le sorprendía. Así, brotaron las veintitrés obras pictóricas expuestas ahora en el archivo-museo de San Juan de Dios, bajo el título "África a bolígrafo", ubicada en la Casa de los Pisa de la universal ciudad de la Alhambra.

La ubicación de estas obras de arte en esta honorable Casa de los Pisa, que tiene tras de sí una emblemática trayectoria difusora de la creatividad en su más pura transcendencia, es todo un acierto, puesto que encaja tanto en su gesto acogedor como en sus fines de promover una auténtica cultura. Las obras que ahora se exponen, nos dan una visión de un continente, el africano, muy desconocido, y a la vez, muy necesitado de amor. Se nos ha dicho que el objetivo de esta exposición es la sensibilización sobre la situación de desigualdad que sufre esta gente. Según Naciones Unidas, Camerún es uno de los treinta países del mundo con menor desarrollo humano.

Las expresiones de estos seres humanos, sus abecedarios emanados de sus miradas que hablan por sí mismas, nos invitan a la reflexión. Pienso que esta exposición nos traslada a un mundo que pide nuestro auxilio, cualquiera de sus cuadros nos deja perplejos, nos hace meditar sobre el sentido de nuestro quehacer diario. Son imágenes cargadas de expresividad de un territorio castigado por miles de injusticias y desigualdades, por centenares de conflictos que no conducen a ninguna parte.

Que nadie se haga ilusiones de que se puede avanzar, excluyendo. TodoS formamos parte de un tronco común del que penden los diversos hábitats. Si bellísima es la naturalidad con la que Javier Jiménez Sánchez-Dalp dibuja las variadas atmósferas, no menos realistas son los trazos que el pintor utiliza para dar apoyo a una cultura crecida por las incomprensiones, que espera nuestra mano tendida, para que se haga justicia y la riqueza beneficie a todos los pueblos africanos por igual.

corcoba@telefonica.net

*Escritor