Oriundo de Tucumán (Argentina), Rubén Di Pietro llegó a Bogotá en 1984. Desde entonces, participó como actor en televisión y en filmes cortos y empezó a dictar clases en instituciones oficiales. Fundó en 1988 su estudio de actuación y comenzó a destacarse por su trabajo como maestro de actores, gracias a su método “El actor y el texto como partitura musical”, que toma como punto de partida el texto para la construcción de personajes, y que fue desarrollado desde 1984.
Si bien lleva 50 años dedicado a la docencia, la construcción de su método retoma vivencias personales de su infancia, adolescencia y juventud. Cabe recordar que Rubén Di Pietro inició formación musical a los cuatro años hasta su adolescencia, siempre interesado por el acercamiento a la lectura de la partitura. De ahí el enfoque de sus talleres.
Para él, “actuar es un juego, una confesión. Cuatro cosas se necesitan para este oficio: gran inteligencia para ver la vida como es, sin prejuicios morales; exquisita sensibilidad; férrea disciplina y autoaceptación de la identidad física, psíquica, social y sexual. Uno debe amarse a sí mismo para ser actor”.
Entre los elementos que utiliza en su método está la confrontación del actor consigo mismo, la identificación de sus virtudes y falencias. Para lograr este objetivo Di Pietro usa “manos de seda” pero con “guantes de hierro”, como él mismo destaca.
“Actuar es pensar, respirar, ser, no hacer, es desnudar el alma, dejando que la emoción salga de las entrañas y se clave como una flecha en el corazón del espectador. Es un arte delicado, espiritual”, dice el maestro.
En el 2023 Di Pietro cumple casi 40 años dedicados a la formación de una innumerable cantidad de actores en Colombia. Con él han tomado clases figuras importantes como Ramiro Meneses, Robinson Díaz, Alejandra Borrero, Andrés Sandoval, Fernando Arévalo, Mario Jurado, Tao Sierra, Claudio Cataño, Aldemar Correa, entre otros. Y Catalina Sandino, única actriz colombiana nominada al Óscar como Mejor Actriz Protagonica en 2004.
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A modo de celebración dará un nuevo matiz a su método, el cual pasará a llamarse "El actor y el todo", dado que incluirá nuevos ejercicios más allá de los relacionados con el texto. Hará énfasis en el postulado de su maestro polaco Jerzy Grotowski: “la memoria es acción; la memoria está situada en la piel”.
“Este nuevo laboratorio de investigación ya ha comenzado con la preparación del proyecto Agnus Dei, escrito y dirigido por mí, para el que todavía existen cupos libres tanto para actores como para actrices”, comentó.
Actualmente continúa dedicado a la docencia a través de talleres cortos y cursos tradicionales de larga duración; también siendo coach para la preparación de personajes; dirigiendo montajes estudiantiles y profesionales.
Di Pietro cuenta con su propia academia de actuación en la nueva sede del Teatro de Cámara en La Calera, que ha sido bautizada con el nombre de Ítaka, la isla relacionada con Ulises, a la que es tan difícil llegar.
En este espacio se abrirá el telón para la obra "Incendio en el fondo del mar", codirigida por Jair Correa-Timana y Rubén Di Pietro, y protagonizada por el primero. "Incendio" es una adaptación de textos de Sarah Kane. La sede del Teatro de Cámara está ubicada en la vereda Santa Isabel de Potosí, sector Media Loma, cerca del Centro Comercial Potosí.
“Se prevé comenzar las actividades de Ítaka con un taller intensivo en el puente de marzo, dirigido a ocho personas”, comenta el maestro.
Al rememorar tantas experiencias vividas a lo largo de 60 años de trabajo arduo e ininterrumpido, este hombre de teatro quiere ser recordado como alguien “que se resistió a arrodillarse al sistema”, un artista de las artes escénicas que encontró su propio camino gracias a su paso por academias y talleres en Argentina, Polonia, Suecia, París, Barcelona y Madrid, de donde surgen sus vivencias, experiencias y aprendizajes que luego lleva a su academia y a su escenario para compartir con otros que, como él, vibran con el arte de las tablas.