Una misa y la presentación de varios de los más reconocidos exponentes de la cultura musical vallenata precedieron el entierro del cantautor Diomedes Díaz.

El cuerpo del ídolo popular permaneció en un ataúd de madera, forrado en blanco, desde el lunes sobre una tarima en la Plaza Alfonso López, ubicada en el centro de Valledupar, capital del  Cesar, siendo visitado por unas 80.000 personas (según cálculos del alcalde Fredys Socarrás) que dejaron flores, canciones y lágrimas.

Pese al calor inclemente, miles de seguidores de Díaz atiborraron la plaza para la conmovedora jornada, que comenzó con Los Niños Vallenatos, pero logró su clímax con la presentación de varios de sus hijos. Entre los momentos más emotivos están la interpretación que hicieron Rafael Santos y Martín Elías Díaz de A mi muchacho y Mis canas, respectivamente.

Por cierto, aquel informó que se hará cargo de los compromisos que había adquirido previamente su padre con la agrupación musical.

Las exequias de Díaz, fallecido el domingo, a los 56 años, víctima de un infarto cardiorrespiratorio, se realizaron en el cementerio local Jardines del Ecce Homo, hasta donde la muchedumbre lo acompañó, en un recorrido de más de 8 kilómetros. Allí reposó junto a su padre Rafael Díaz.

La misma noche en que se conoció la muerte del juglar, el presidente Juan Manuel Santos tuiteó que “fueron muchas las horas de felicidad que pasamos con las canciones de Diomedes Díaz. Paz en su tumba”.

Díaz fue el artista número uno en ventas de discos en el país en el género vallenato, con más de 16 millones de copias vendidas a lo largo de su carrera, en la que grabó al menos 40 álbumes y más de 500 canciones, según datos suministrados por Guillermo Mazorra, uno de los representantes de Sony Colombia, la casa disquera del artista.