LOS ANÁLISIS estadísticos apuntan a que el mercado laboral cultural en Colombia ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años. Esto, impulsado por varios factores como el aumento de la inversión en sectores creativos, el impulso de políticas públicas, la creciente demanda de contenidos digitales y la expansión de componentes como la música, el cine y el turismo cultural.
Según el último diagnóstico económico del sector cultural y creativo, la participación de asalariados en este sector en Bogotá aumentó 5.4 puntos porcentuales el primer semestre de 2022 a comparación del primer semestre del año 2021, es decir, pasó de un 68,8% a un 72,2%.
En las principales ciudades del país medidas en el diagnóstico (Cali, Barranquilla, Bucaramanga y Medellín) este aspecto tuvo un comportamiento similar, siendo la capital antioqueña la única en la que no hubo un incremento de ocupados asalariados.
Dentro de las actividades culturales se incluyen todas las relacionadas con las artes y el patrimonio. Estas pueden estar asociadas a la creación, edición y distribución de productos musicales, textiles, literarios, fílmicos, así como actividades y producciones inmateriales.
No obstante, aún falta mucho por hacer; es necesario continuar desarrollando políticas públicas que favorezcan la inclusión de los trabajadores del sector, mejorar sus condiciones laborales y fomentar la sostenibilidad de los proyectos.
Un reciente estudio del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en colaboración con la Secretaría Distrital de Cultura de Bogotá, reveló que Bogotá presenta más de la mitad de lo que se produce en economía cultural y creativa en toda Colombia. En promedio, la economía cultural y creativa corresponde al 5,4% de la economía de la capital; en 2023 representó 5,5%.
Desafíos
A pesar de estos avances, el mercado laboral cultural en Colombia enfrenta ciertos desafíos, como la informalidad laboral, la falta de infraestructura adecuada para muchos creativos en regiones fuera de los principales centros urbanos y la necesidad de un mayor acceso a financiamiento y recursos para los emprendedores culturales.
De acuerdo con el curador de arte Eduardo Serrano, actualmente hay una remoción de los cargos para darles paso a las nuevas voces, en todas las dependencias culturales, lo que “me parece bien porque se van renovando los sistemas artísticos”.
“Casi todas las entidades del Ministerio de Cultura y de la Secretaría de Cultura Bogotá le han dado oportunidades a gente nueva; sin embargo, en el sector de la pintura y la escultura los artistas, en sí tienen que buscarse otras posibilidades de sobrevivencia, generalmente se vuelven profesores de arte. En el caso de los gestores de arte, los que organizan la parte artística, digamos la burocracia del arte que no son los artistas, sino que son los curadores, los directores de museos, ellos sí han tenido una buena recepción por parte del Ministerio de Cultura”, destacó Serrano en diálogo con EL NUEVO SIGLO.
Las industrias creativas y culturales en Colombia siguen ganando terreno, particularmente en áreas como el cine, la música, las artes visuales, la moda y el diseño. El Gobierno ha mantenido su apoyo a estos sectores a través de políticas públicas como la Ley 1834 de 2017 (Ley de la Economía Naranja), que ha promovido incentivos fiscales, financiamiento y visibilidad para proyectos culturales. Esto ha permitido una mayor participación de los trabajadores del sector cultural en la economía formal.
Plataformas digitales
Adicionalmente, las plataformas digitales (como Netflix, Spotify, YouTube y otras) han sido clave para el desarrollo del mercado laboral cultural en Colombia. Con la digitalización de contenidos y la democratización del acceso a herramientas de creación, los artistas y creativos colombianos han encontrado nuevas oportunidades para distribuir su trabajo y monetizarlo. Esta tendencia ha generado una demanda creciente de profesionales en áreas como la producción audiovisual, la gestión de contenidos digitales, el marketing cultural y la programación de eventos virtuales.
Serrano afirma que en la actualidad se le está dando mayor protagonismo a los nuevos artistas, con los programas de concertación, convocatorias y estímulos, aunque resaltó el hecho de que generalmente los artistas se desempeñan de forma independiente.
Sin duda, el Ministerio de Cultura ha jugado un papel importante en la promoción y el fomento de la cultura, pero su impacto directo en el empleo ha sido más indirecto que directo. Aunque el ministerio no tiene como principal objetivo la creación de empleos en el sentido clásico de la economía, sus políticas y programas han generado oportunidades laborales en sectores culturales, artísticos y creativos, lo que puede tener un efecto positivo sobre el empleo en general.
En palabras de la dramaturga y exministra de Cultura, Patricia Ariza, una parte muy importante de los artistas y creadores son independientes, es decir, no son empleados de una entidad salvo, por ejemplo, los actores que trabajan en la televisión.
“El Estado no es el encargado directo de emplear a los artistas, lo que hace el Estado es trabajar para que se den las oportunidades, a través de las convocatorias y mediante políticas culturales nacionales y regionales, han mejorado esas políticas, aunque no lo suficiente porque de todas maneras hay un movimiento cultural muy grande, las expresiones culturales populares de las regiones son enormes, entonces no solamente se necesita el apoyo del Gobierno nacional, sino también el apoyo de las gobernaciones, de las alcaldías, de los municipios porque Colombia es muy extenso”, le dijo Ariza a EL NUEVO SIGLO.
El turismo cultural también ha tenido un papel importante en la expansión del mercado laboral en el sector cultural. Ciudades como Bogotá, Medellín, Cartagena y Cali han incrementado sus eventos culturales y festivales internacionales, lo que ha generado empleo en áreas relacionadas con la gestión de eventos, el turismo, la música, el teatro, la danza y las artes visuales. En particular, festivales como el Festival Iberoamericano de Teatro en Bogotá y el Festival Internacional de Jazz en Bogotá y Medellín han atraído a miles de turistas internacionales, lo que ha generado una cadena de empleo en el sector cultural.
“De lo que se trata es que las expresiones culturales sean para la sociedad, no se trata solamente de un empleo, sino que las personas se conviertan en mediadoras entre las obras, el arte y la sociedad, porque el Estado no está para hacer la cultura, sino para promoverla, para estimularla, entonces por supuesto que hay avances muy significativos, pero todavía falta mucho camino por recorrer, es un proceso largo”, mencionó la dramaturga.
Por su parte, Laura Cifuentes, coordinadora del Grupo de Gestión del Conocimiento y Datos del Ministerio de las Culturas las Artes y los Saberes, afirma que este es un sector que no está observado ni medido en su totalidad, pero que se está abriendo la conversación para medir las economías culturales y populares para entender el sector.
“Desde el DANE tenemos un reporte de 832.464 personas que hacen parte de esta relación laboral, sector cultural y ese porcentaje como de distribución, el 44,6% está relacionado con todas las actividades asociadas a las artes y el patrimonio, el 14,2% tiene que ver con las actividades de las industrias culturales y el 41,2% con las áreas de creación funcionales”, detalló Cifuentes.
Aseveró que el Programa de Estímulos y reconocimientos económicos ha permitido que el sector pueda tener un impulso y acompañamiento, aunque se sabe que no es suficiente para poder dar abasto la cobertura propia que tiene el sector.