Basílica del Voto Nacional, a su última fase de restauración | El Nuevo Siglo
Fotos cortesía Mauricio Uribe
Sábado, 22 de Agosto de 2020
Redacción Bogotá

En cinco días, el próximo 27 de agosto, se cumplirá un año desde que comenzó la segunda etapa de restauración de la Basílica Menor del Voto Nacional ubicada en la localidad de Los Mártires.

“La curia quiso hacer un acto simbólico de reconciliación en el país, en este momento tan particular, y prendieron la cúpula puesto que ya finalizó su intervención. Esa fase ya está finalizando, faltan unos pequeños detalles de iluminación y ya entraríamos a la tercera fase de los transectos laterales y algunos bienes muebles que tocará intervenir, pero por ahora no está prevista ninguna inauguración”, le dijo el viernes a EL NUEVO SIGLO el director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), Patrick Morales Thomas.

Recordando la historia

Aunque esta es la segunda iglesia más importante de Bogotá, tanto en historia como en jerarquía eclesiástica, por décadas, la Basílica Menor del Voto Nacional se fue perdiendo en la memoria colectiva de los colombianos, a la vez que su relevancia y su significado también fueron languideciendo, pese a que esta es -de una manera bastante literal- la iglesia de la paz en Colombia.

“Esta basílica es muy interesante desde todos los puntos de vista, pero el fundamental, lo que la hace tan trascendental, es que es un símbolo. En 1902 fue cuando el arzobispo de Bogotá, Bernardo Herrera Restrepo, propuso hacer un voto nacional por la paz en Colombia y de ahí surgió la Basílica, erigida en nombre de la paz, convirtiéndose, literalmente, en la iglesia de la paz en Colombia”, le dijo ayer a este Diario el arquitecto y exdirector del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural de la Administración de Enrique Peñalosa (IDPC), Mauricio Uribe.

Al haberse edificado en el parque de Los Mártires, un sitio en el que tantos de los próceres de la independencia fueron sacrificados, de acuerdo con Uribe “era un imperativo que se restaurara, y que se restaurara como un símbolo”.

“A la gente se le olvida y muchas veces cree que algunas piezas patrimoniales son simples pedazos de piedra o de metal, cuando detrás de ellas hay una enorme cantidad de significados. El patrimonio por definición es aquello que nos pertenece, etimológicamente es lo que heredamos de nuestros padres y tenemos que apropiarnos de él. Esta iglesia nos pertenece a todos”, añadió el arquitecto Uribe.

Para la restauración de esta basílica, la inversión que hizo la alcaldía de Enrique Peñalosa fue de más de $14.000 millones solo para esta restauración, y de ahí a que “esta sea la obra de restauración más grande en los últimos años. Nosotros recibimos el Instituto con poco más de $16.000 millones y a los dos años logramos duplicar el presupuesto. Esto es muy importante porque la inversión de las dos etapas fue de casi el presupuesto total que tenía antes el Instituto. La restauración es muy costosa, pero se hizo integralmente y vale la pena”, precisó Uribe.

Basílica del Voto Nacional

 

La restauración

Ahora bien, la consolidación de la restauración de la basílica ha tomado varios años. La Administración de Gustavo Petro dejó el proyecto arquitectónico, la administración de Enrique Peñalosa consiguió los recursos y adelantó las dos primeras fases, pero aún queda por delante la tercera fase restante del proyecto.

La iglesia tenía muchos problemas, sobre todo estructurales, y las dos primeras fases fueron de restauración integral, el cuerpo de fachada y lo que ya se puede ver, que es la parte correspondiente a la cúpula y el presbiterio.

“La cúpula, con los colores de la bandera, se hizo en su momento pensando en que esta sería una especie de faro que iluminaba al país desde el centro. Esa cúpula de vidrio iluminada de noche se ve desde los Cerros, desde el centro, desde la torre de la Catedral y es un símbolo de la nacionalidad que se recuperó como estaba desde 1938 hasta su destrucción el 9 de abril de 1948”, puntualizó Mauricio Uribe, quien dijo que ella representa una idea esperanzadora en estos tiempos “y de ahí la trascendencia de la cultura y el patrimonio; para pensar que si las generaciones que nos precedieron pudieron hacer tantas maravillas nuestro compromiso es el de preservarlas”.

Plan de manejo

Mas allá de la relevancia que tiene para la restauración del patrimonio cultural de Bogotá que esta obra haya avanzado satisfactoriamente en las primeras dos fases, este proyecto es la punta de lanza de lo que será toda la restauración del centro de la Capital, la cual se encuentra contenida en el Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico, (PEMP), una hoja de navegación para que, cuando Bogotá cumpla su medio milenio en el 2038, tenga su centro histórico plenamente recuperado.

“Este PEMP abraza todo: es el futuro del centro y el centro no es un barrio, es el corazón de Colombia. Allí están cosas como esta, como la Basílica, pero lo realmente importante es tener una hoja de ruta para su recuperación, para el quinto centenario de Bogotá en el 2038”, señaló Uribe.

Adicionalmente, Uribe añadió que la resolución de este PEMP, la cual fue aprobada en abril del año pasado, ahora va a salir la resolución del Ministerio y ya se vuelve ley el plan que hicimos para recuperar el centro.

“Este PEMP fue revisado por nosotros, ajustado, revisada la norma y algunos proyectos, y se hizo una actualización intercensal porque este PEMP contemplaba los datos del 2018 del censo. Se entregaron unos últimos documentos técnicos al Ministerio, quien los está evaluando y dependemos del mismo, pero el cronograma sí podría ser en más o menos un mes”, finalizó diciendo el director Morales Thomas; quien añadió que, en efecto, este PEMP es histórico en la medida en que es un plan de manejo y protección, cuyo determinante de ordenamiento es el patrimonio.