Bogotá, capital de la fiesta mayor de la viola | El Nuevo Siglo
El encuentro, que se realiza cada dos años, llegó a su sexta edición, la cual se desarrolla de forma presencial y virtual. /
Foto Teatro Mayor
Viernes, 1 de Octubre de 2021
Redacción Cultura

Con la idea de crear una plataforma que acogiera a toda la comunidad de violistas colombianos Sandra Arango inició en el 2010 el primer Festival Interviolas de Bogotá, FIB, un encuentro que sin imaginarlo se convertiría en una gran fiesta alrededor de este instrumento en Latinoamérica.

Con apenas 20 intérpretes, Arango decidió darle vida a este festival hace más de una década en Bogotá, en una época en la que la viola un instrumento poco conocido e interpretado. Un panorama que no ha cambiado en su totalidad, pero que con la labor de esta violista apasionada por la música es hoy un arte más visible en el continente.

Destinos y cuerdas cruzadas

A diferencia de otras experiencias de músicos, la de Sandra con la viola fue diferente, pues como si el instrumento la eligiera el destino de esta intérprete se cruzó con la viola. “Empecé tocando a los 10 años. Pero todo comenzó cuando entré al Conservatorio del Tolima, donde para entrar te miran tu físico, voz y otras capacidades. Fue ahí cuando me dijeron ‘a ti te toca la viola’ y me gustó mucho”, le dijo Arango, directora del FIB, en entrevista a EL NUEVO SIGLO.

Con los años, Sandra terminó estudiando en Australia. Luego de su paso por la academia, regresó a su tierra natal con el impulso de crear un espacio dedicado a la viola. “De toda la experiencia que había tenido en Europa tomé la decisión de crear este festival de violas en Bogotá. Empezamos este proyecto con varios compañeros de la Filarmónica, profesores y con la colaboración de estudiantes que en esa época habían de viola en las universidades, como la Javeriana y la Universidad Nacional, entre otras más”.

El Festival, que se realiza cada dos años, fue tomando forma y con el paso de sus ediciones fue ganando más terreno. Según Arango inicialmente había intérpretes solo de Bogotá, luego “participó gente de todo Colombia y ahora tenemos personas de Latinoamérica y, de hecho, tenemos dos americanos que se inscribieron este año al festival”. Logrando de esta manera, pasar de 20 músicos en la programación a sumar 170 en una sola edición, como fue el caso del encuentro del 2019.

Y aún en medio de la emergencia sanitaria, aunque con una reducción en la nómina de artistas, sigue en pie este festival que durante esta semana y hasta este domingo celebra su sexta edición de forma virtual y presencial.

“Tuvimos un poco de angustia. No sabíamos si íbamos a poder hacerlo o no, pero finalmente lo logramos, aunque con una orquesta muy pequeña porque la vez pasada fueron casi 120 personas, esta vez es menor. Tenemos también un sitio muy amplio que nos permite tener ese distanciamiento obligatorio y en las clases magistrales también. Realmente hemos podido llevar todas las actividades hasta el momento muy bien con todo el cuidado del mundo”, confirmó la violista.

VI edición

Las glorias que ha conseguido este festival se enfocan hacia la conquista de nuevos músicos, lo que deja hoy un saldo de 40 invitados internacionales, gracias también a las bondades de la virtualidad.

“Los logros de cada edición han sido motivo de orgullo e impulso para continuar trabajando y apoyando el talento de nuestros violistas. Es por eso que paralelo al festival, hemos realizado otras actividades con invitados internacionales apoyados por otras instituciones como la Orquesta Filarmónica de Bogotá, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, la Sala de Conciertos Luis Ángel Arango y el Festival Internacional de Cuartetos de Cuerdas Bogotá”.

Pero este evento no solamente ha acogido a grandes intérpretes, sino también a pequeños y jóvenes violistas que han enriquecido cada edición del festival, que clausura su sexta versión este domingo con la Orquesta de Violas de Bogotá, compuesta por 40 músicos de diferentes instituciones, en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, a partir de las 5:00 p.m.

El recital estará bajo la dirección del colombiano Miguel Casas, violinista y director de la Pontificia Universidad Javeriana. Ha sido director titular de la Orquesta Sinfónica de la Policía Nacional, Banda Sinfónica Nacional de Colombia, Orquesta de Cámara del Tolima, Banda Sinfónica de Cundinamarca, Corporación Orquesta Filarmónica de los Andes, Orquestas juveniles del Conservatorio del Tolima, Banda Sinfónica Javeriana, Orquesta Sinfónica de la Fundación Festival Internacional de Violín y Viola, Banda de la Universidad Pedagógica Nacional, Orquesta Universidad Javeriana, Orquesta Universidad Pedagógica, entre otras agrupaciones sinfónicas.

Hoy es profesor de la cátedra de dirección, análisis musical, director de la Banda Sinfónica en la Universidad Pedagógica Nacional y director de la Fundación Festival Internacional de Violín y Viola.

Adicionalmente, el concierto contará con la participación del solista estadounidense Marc Sabbad, músico de cámara, profesor y desde el 2021 solista de viola de la Orquesta Nacional de Bélgica.

Descrito como “un músico magnífico” por el legendario director Zubin Mehta, Marc Sabahh es invitado regularmente como violista principal invitado de la Filarmónica de Israel. Desde septiembre del 2017 es profesor en el Real Conservatorio de Mons, Bélgica. Desde el 2016, Marc colabora con la pianista belga Eliane Reyes formando el Dúo Sabbah-Reyes, un dúo único dedicado a explorar el repertorio de viola y piano y es el fundador y director musical del festival de música de cámara de Kâsteaux que se celebra en Bélgica.

Así como también se podrá escuchar la viola d’amore de Danka Nikolic, quien ha sido ganadora de numerosos concursos internacionales y su repertorio abarca desde la música antigua históricamente informada, hasta la música contemporánea.

Junto a estos virtuosos de la música estará también el badeonista argentino Daniel Ruggiero, quien rendirá un sentido homenaje al maestro Astor Piazzolla. Ruggiero es director el Quasimodo Trío, desde el 2004. Cursó durante cuatro años en la Escuela de Música Popular de Avellaneda de Buenos Aires (EMPA) con Walter Castro y Rodolfo Mederos, y en forma particular con Pascual Cholo Mamone, Néstor Marconi, Julio Pane, Alejandro Zarate y Carlos Lazzari. Tempranamente cursó con Hernán Merlo en Audio Perceptiva y Daniel Juaregui en Improvisación y Armonía, y con los maestros Rodolfo Alchourron y Roberto Pansera.

Con esta nómina se cerrará con broche de oro este Festival Interviolas de Bogotá, que para Sandra ha sido “la mejor experiencia y más ahora viendo todo este movimiento en Colombia que ha crecido tanto, así como en Latinoamérica. Así que esto es muy hermoso ver cómo crece. Es una gran fiesta para la viola en pospandemia”.