Cantera Inca, diálogo entre Ricardo Wiesse y el paisaje | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Octubre de 2014

Los bogotanos podrán disfrutar de 35 obras del reconocido artista plástico Ricardo Wiesse,en el que destaca su gusto personal por el paisaje de Perú, su tierra natal. Cantera Inca, como ha sido nombrada la exposición, estará hasta el 10 de noviembre en el Hotel Casa 95, gracias a la organización de la Embajada del Perú y  la Galería Trashumante.

Wiesse expuso por primera vez sus obras en el país en unas muestras colectivas del Banco de la República que tuvieron lugar hace diez años. Cinco años atrás realizó unos trabajos en Cartagena de lo que señala:“En esa segunda visita a Colombia conocí el Caribe y fui impactado por sus azules. Desde el primer viaje me sorprendió la intensidad de los colombianos para cultivarse en las artes visuales, algo que todavía extraño para mi país, a pesar de su riquísimo acervo peruano”. De igual manera, se refirió a la enorme actividad cultural bogotana en este mes de octubre cuando se conmemoran 10 años de Artbo, como una “feliz coincidencia” con la apertura de su muestra.

La exposición consta de  lienzos pintados al óleo y acuarelas  sobre papel. Las telas han sido realizadas en los últimos tres años. Algunos de los papeles de algodón fabriano hecho en Nuevo Chimbote, a cuatrocientos kilómetros del norte de Lima,  retratan la cantera Inca de Rumicolca, treinta kilómetros al sur del Cusco, lugar apenas explorado y desprotegido. Esas piedras equivalen a la sala de partos de la gran capital indígena sudamericana, de acuerdo con las declaraciones del artista reconocido como uno de los íconos del arte peruano contemporáneo.

De acuerdo con Pilar Cabrera, directora de Trashumante, la presencia de un artista de la talla de Ricardo Wiesse en Bogotá representa la oportunidad de acercar al público a un arte de primer nivel en América Latina, que ha sido reconocido incluso por otro grande como Fernando de Szyszlo, quien se ha referido a Wiesse como un virtuoso capaz de apropiarse del paisaje al describirlo y atrapar la sequedad, la luz enceguecedora y el ruido silencioso.

El autor de Cantera inca  ha participado en numerosas exposiciones internacionales entre las cuales se pueden mencionar: Bienales de La Habana (1983-1988), Londres  (1986), Italia; Instituto Ítalo latinoamericano (1986), Bienal de Cuenca (1988), Quito (1989), Museo de Arte Moderno de México (1999), Alemania; individual (2001), Chile; Concurso Energía y Mundo (2003), y Houston (2010). En 2006 un conjunto de obras figurativas sobre el santuario Pachacámac fue exhibida en tres ciudades de Brasil: Brasilia, Sao Pablo y Río de Janeiro.

En relación con su obra se puede señalar que surge de  un lenguaje híbrido, vástago de  fortalezas dispares y de visiones contrapuestas. Una abstracción de signos orgánicos, conexiones, redes, resplandores, agujeros negros: alusiones al micro y macrocosmos que rebasan lo descriptivo para adentrarse en suelo desconocido donde el ojo, el pincel y la mente entretejen acuerdos entre tentativas, repintes, salpicaduras y ocurrencias surgidas del acto mismo de pintar, de acuerdo con sus propias declaraciones.