Conectadas y conscientes, así son mamás de centennials | El Nuevo Siglo
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Jueves, 5 de Septiembre de 2019

La tecnología y las redes sociales son el aliado para educar a los jóvenes de esta generación, en la que la crianza se entiende como un proceso de coaprendizaje

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Cada madre vive la maternidad de forma diferente, pero hay una ‘tribu’ que se hace notar, y es que es difícil perder a las mamás millennials de vista, pues documentan todo lo que pasa en su día a día a través de las redes sociales.

La tecnología es para ellas un aliado y una herramienta para crear y consumir contenido de otras mamás como ellas. Crean redes de apoyo y comunidad.

Los Centenialls son, en su mayoría, hijos de mamás millenials, a quienes Carolina Molina O, psicóloga especialista en clínica y desarrollo infantil, describe como una ‘tribu’. Estas madres que nacieron entre 1980 y finales de 1990, siempre están conectadas: dos de sus mejores amigos son Google y YouTube, donde encuentran la respuesta a la mayoría de sus dudas inmediatas y siempre tienen un grupo de chat donde consultan con sus pares.

Las redes sociales son la ventana hacia una realidad que las identifica: “Usamos la tecnología a favor de la educación y la hacemos parte de nuestro día a día, eso nos lleva a crear comunidades en redes sociales, compartimos nuestras experiencias en esas comunidades, aprendemos de otras, creamos tribus”, explica Molina, a quien a diario le llegan preguntas de madres sobre situaciones que les suceden todos los días.

Pero, ¿qué tienen de especial estas mamás? Según la autora, “no es que seamos mejores mamás, solamente que tenemos mayor acceso a la información, esto ha hecho que tengamos una conciencia frente a la crianza y a la maternidad, distinta a la de las madres de otrora”. Entendiendo el rol de madres como un camino de coaprendizaje, no desde la visión jerárquica de antes, sino reconociendo a los hijos como los mayores maestros.

A las mamás de los centennials las criaron de una forma diferente, en la lógica de los castigos y las recompensas, mientras que ellas, dan más espacio al diálogo. Por lo que a la hora de educar, palabras como la reflexión y los argumentos, han cobrado fuerza.

Lo que consumen las mamás

Para conocerlas un poco más y entender sus decisiones de consumo, Natumalta realizó un sondeo con 250 mamás (entre los 25 y los 35 años de edad) donde se evidenció una característica común: Son consumidoras exigentes, que estudian las propiedades de los productos que le dan a sus hijos y buscan siempre la opción más saludable. Muchas leen las etiquetas y las tablas nutricionales de los productos. De hecho el 48% manifestó que éstas influyen en su decisión de compra.

“Como madres tenemos la responsabilidad de cuidar lo que comen nuestros hijos, tenemos que aprovechar que esto está en nuestras manos, ya que somos sus guías en la vida”, explica Jenny Olaya, una mamá millennial.

Según los resultados del sondeo, el  89% busca reviews en internet antes de decidir la compra de un producto, (en especial cuando se trata de la alimentación de sus hijos), el 92% aseguró que los comentarios positivos acerca de un producto afectan su decisión de compra, mientras que un 74% dijo que cambiaría una marca que usa habitualmente gracias a que muchas personas le recomienden una nueva. El 73% de las mujeres entrevistadas contestó que siguen las recomendaciones de sus iguales y el 83% sigue influenciadoras con contenidos útiles sobre crianza y alimentación.

Los retos

Uno de los mayores retos de una mamá se relaciona con el tiempo para poder hacerlo todo. Pertenecen a la era del empoderamiento femenino y esto hace que su realización como mujer no dependa exclusivamente de su rol de esposa y madre, sino que muchas tienen también una vida laboral y personal desafiante.

Tanto Olaya, Salazar y Molina llegan a un punto en común: como mujeres no solo son madres sino esposas, amas de casa, buscando hacer todo de la mejor manera. ¿Qué admiran de las mamás tradicionales como las que las criaron? La intuición porque como no tenían acceso a tanta información ni a internet, “le daban más prioridad a lo que sentían en su corazón” y además, el hecho de tener más tiempo para dedicarle a sus hijos.