¿El Yeti es en realidad un oso? | El Nuevo Siglo
AFP
Miércoles, 29 de Noviembre de 2017
Redacción internacional con AFP
Un grupo de investigadores logró concretar que el Yeti es en realidad una especie que habita el Himalaya 

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La genética lo desenmascaró: el "abominable hombre de las nieves" que ha alimentado la leyenda durante décadas, es en realidad un oso de las altas montañas de Asia.

Según el estudio publicado el miércoles, se pudo concretar que lo que son tres especies distintas de osos las que la gente asemejaba al mítico ser: el negro asiático, el pardo tibetano y el pardo del Himalaya, todos ellos habitantes de los Himalayas.

"Nuestro hallazgo apunta a que los elementos biológicos que sustentan la leyenda del yeti corresponden a osos locales", indicó Charlotte Lindqvist, que dirigió el estudio publicado en el Royal Society journal Proceedings B.

Aunque no es el primero que reduce el mito del yeti a un oso, el informe reunió por primera vez una gran cantidad de pruebas genéticas procedentes de huesos, dientes, piel, pelo y muestras fecales atribuidas a la legendaria criatura.

Todos estos elementos - procedentes de colecciones privadas y de varios museos en el mundo - correspondían en realidad a 23 osos, pertenecientes a las tres subespecies mencionadas.

Más allá de desmontar un mito, la reconstrucción del genoma completo mitocondrial de cada ejemplar permitió revelar importantes factores sobre estos carnívoros y su evolución.

"Los osos pardos que deambulan en las grandes altitudes del Altiplano Tibetano y los que se hallan en las montañas occidentales de los Himalayas pertenecen en realidad a dos poblaciones separadas", dijo a la AFP Lindqvist, profesora asociada de la universidad neoyorquina de Buffalo College of Arts and Science.

"Se separaron hace 650.000 años, durante el periodo glaciar", añadió.

Ambas subespecies probablemente permanecieron aisladas entre ellas, pese a hallarse relativamente próximas.

El oso pardo del Himalaya, cuyo color de pelo rojizo es más suave que el del pardo tibetano, está considerado como en peligro "crítico" de extinción por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.