Hadas, duendes y troles | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Octubre de 2015

UNA NOCHE romántica y llena de magia se vivirá hoy en el Auditorio Fabio Lozano a las 7:30 pm, gracias a la composición Hadas, duendes y troles de Feliz Mendelssohn, el gran maestro alemán apasionado por las artes, quien estará acompañado de la violinista colombiana Angélica Gámez, quien brindará a los asistentes tres obras que incitarán a la fantasía.

La velada dará inicio con la obertura para la música incidental Sueño de una noche de verano de William Shakespeare, compuesta por Mendelssohn a la edad de 17 años, la cual desde sus primeros acordes, interpretados por las maderas de la Orquesta y los etéreos arpegios de la cuerdas, transporta a los espectadores de manera inmediata al misterioso mundo de las hadas y de aquellos amantes confundidos por las mágicas pociones.

Seguido a esta pieza cargada de sensibilidad, el programa continúa con el concierto para violín en re menor del compositor alemán, en donde se visualizan los primeros compases del primer movimiento, que nos llevan al mundo clásico de Franz Joseph Haydn, pues la entrada del violín, en contraste, da cuenta de un sentimiento romántico el cual termina desembocando en un segundo movimiento evocador y refinado.

 Pero el oyente se verá realmente asombrado en el tercer movimiento, ya que se puede escuchar con claridad el manejo del tema, la variación y la armonía del maestro, llegando a encantar al público en un cuarto movimiento que durará tan solo cuatro minutos y medio, en donde solo quedará en el aire una sensación de frescura y placidez.

Andante con moto, Allegro poco agitato, es el primer movimiento de esta sinfonía que presenta una melodía llena de nostalgia y un poderoso y dramático allegro, que se ve interrumpida por el segundo movimiento, vivace non troppo, la cual permite ver el brillo del sol a través de la construcción temática donde se destacan dos melodías. La primera de ellas presentada por el clarinete solista y una segunda, de carácter marcial, en donde las cuerdas son protagonistas, ambas armonías increíblemente bellas le robaran el aliento a más de uno.

Luego de este juego de cuerdas la pieza continúa con el tercer movimiento, una verdadera joya romántica, donde el tema principal es de carácter elegiaco seguido por el último movimiento que concluye la obra de manera triunfal, haciendo de esta sinfonía una de las más bellas dentro del repertorio orquestal de todos los tiempos.