EL NUEVO SIGLO habló con Sandra Pulido, directora de la Feria, para conocer la experiencia, los desafíos y retos a los que se ha enfrentado el evento literario en su formato digital 

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Continuar impulsando el hábito de la lectura, las actividades que rodean al mundo de la literatura y diseñar contenido con el que se puedan conectar en un solo momento miles de personas es, sin duda, el desafío que la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) superó en el formato digital de su versión número 33.

Ante el panorama actual de salud por la pandemia del Covid-19 cientos de eventos, como festivales, ferias y conciertos tuvieron que ser cancelados y otros, aplazados. Por ello, las plataformas virtuales fueron la respuesta ante esta emergencia con la que la FILBo se reinventó para continuar llevando más historias a sus seguidores sin necesidad de salir de sus hogares, desarrollando toda una programación que compensará sus actividades tradicionales, dando paso a la “FILBo en casa”.

“La experiencia ha sido bastante gratificante. En tres semanas, la FILBo se reinventó de la mano de la Cámara Colombiana del Libro y Corferias, con el objetivo de llevar a los hogares lecturas, libros y charlas que sean una compañía en estos momentos. La respuesta del público, en general, ha sido bastante positiva e incluso, creo que inspiramos a otras ferias a hacer lo mismo. Invitados, expositores, afiliados y aliados nos han apoyado de manera incondicional para que logremos #LaFILBoEnCasa”, le dijo a EL NUEVO SIGLO Sandra Pulido, directora de la FILBo.

Durante este tiempo, la Feria se ha encargado de mantener una agenda de actividades que, hasta el 5 de mayo, ofrecerá a los lectores espacios de diálogo y aprendizaje de la mano de expertos de diferentes disciplinas, tanto nacionales como internacionales.

Así mismo, en su programación digital se abrió un espacio para escritores nórdicos, quienes fueron los invitados de honor para la versión física de la Feria, donde se compartirá un abrebocas de la experiencia con las plumas más importantes de Noruega, Finlandia, Islandia, Dinamarca y Suecia, guardando una parte de la esencia de lo que se viviría en la versión tradicional del evento.

Aunque optar por el camino de las redes sociales y las plataformas virtuales es el camino más acertado que la Feria y los otros eventos tomaron, implica algunos desafíos y retos al momento de poner en marcha esta alternativa digital.

Así lo afirmó Pulido: “Realizar un evento de esta manera trae ventajas como dificultades. Por un lado, tenemos la posibilidad de conectarnos con la gente. Hemos tenido conversaciones con personas de diferentes partes del mundo en un mismo momento. Esto y el hecho de llegar a todos los hispanohablantes es un hecho que debe celebrarse. Así mismo, creo que el desafío es mantener vivas este tipo de actividades y complementarlas entre el mundo físico y el digital”.

Las actividades que ha planteado la FILBo han tenido el respaldo de diferentes eventos como el “Hay Festival”, “Fundalectura”, la “Fundación Rafael Pombo” y “ONU Mujeres”, entre otras organizaciones más que se han unido para hacer homenaje a este sector del libro. “Durante esta FILBo, los aliados, expositores y miembros de la Cámara Colombiana del Libro siempre han tenido la mejor disposición para llevar a cabo esta Feria y creo que estamos haciendo lo mejor y la tarea de honrar al libro y a los escritores”, señaló la Directora.

Parte del éxito que ha tenido el formato virtual de la FILBo ha sido su esfuerzo por mantener parte de la programación que se planteó antes de la pandemia del Covid-19 y su combinación con algunas actividades y conferencias que integran otros sectores como el de la gastronomía, la ciencia, la tecnología, la psicología, entre otros.

Según Pulido, “la recepción ha sido maravillosa. Personas de diferentes países se han conectado para hacer parte de los diferentes eventos que se realizan en #LaFILBoEnCasa. Parte de lo que hicimos para esta edición de la FILBo fue tomar algunos de los eventos culturales, literarios y profesionales que ya teníamos diseñados y a partir de allí, decidimos darles vida. Otros fueron creados dada la situación, pero básicamente, tratamos de mantener el calendario que ya teníamos en mente y diseñar algunas nuevas”.

Es así como la FILBo no solamente se ha adaptado a este tiempo de aislamiento social, sino también ha logrado romper más fronteras, conectando a lectores y escritores a un solo clic.

Por su parte Tatiana Rudd, jefe de Proyectos, expresó que “La FILBo siempre ha sido un abrebocas para quienes amamos la lectura, el mundo de los libros y le apostamos a la industria editorial. Por eso, ante esta coyuntura global que estamos viviendo, el papel de la Feria tiene que estar más vivo que nunca. Afortunadamente, contamos con soportes y facilidades digitales que nos permiten conectarnos y generar nuevas conversaciones que nos recuerdan que este mundo está lleno de amor, esperanza y futuro. Y en el caso de la Feria: de libros y palabras. Es por eso que la FILBo se adaptó al momento actual y puso su grano de arena para acompañar a cada persona, abrazarla a la distancia y hacerle saber que no está sola, que en la lectura tiene un lugar esperanzador. Un abrazo que por ahora es distante pero que sabemos será físico, como cada año en Corferias, cuando nos engalanamos de lectura y cultura”.