La moda y su creatividad cosmopolita volvió a irrumpir en las pasarelas de París, donde los diseñadores hacen lo posible para limitar el daño causado por el clima de tensión que dejaron los atentados.

"No hay que dejarse arrastrar por el clima de depresión...¡mientras hay vida hay esperanza!", comentó a la AFP el veterano diseñador francés Lucien Pellat-Finet, resumiendo la voluntad del mundo de la moda de poner la mejor cara posible tras los atentados que conmocionaron a Francia y vaciaron las tiendas en plena temporada de saldos. 

Lanvin, Issey Miyake, Paul Smith, Thom Browne, Hermes y Saint Laurent desfilan durante la semana de la moda masculina otoño-invierno 2015, hasta el próximo domingo. Ese día cederán las pasarelas a la alta costura, hasta el 29 de enero. El miércoles desfilaban entre otros Valentino y el colorido belga Walter Van Beirendonck.

París, donde también abundan diseñadores japoneses y algunos de América Latina --con el regreso destacado del brasileño Gustavo Lins a la pasarela de la alta costura-- se consolidó como la plaza más cosmopolita comparado con de Nueva York, Londres o Milán.

Entre las ausencias destacadas esta temporada figura la de Carven tras la salida de su diseñador Guillaume Henry, que ficha ahora con Nina Ricci. Versus Versace anunció por su parte que Anthony Vaccarello diseñará todas sus colecciones a partir de la próxima temporada.     

Los desfiles se desarrollan en algunos de los edificios, palacios y salas más elegantes de París, con medidas de seguridad reforzadas tras los ataques de yihadistas que mataron a 17 personas con armas de guerra en plena capital.

Presente en las pasarelas de París desde hace 20 años, "el rey de la cachemira" Pellat-Finet exporta el 80% de sus modelos a Estados Unidos, Asia o al resto de Europa y se niega a bajar los brazos o a ceder a la morosidad ambiente.

"Hay que evitar tener una actitud negativa frente a los clientes extranjeros y seguir apostando a la idea de una moda más fuerte. El mensaje que trae la moda francesa es una idea de la libertad", comenta.

- Moda masculina con viento en popa -

Para tranquilizar a los invitados, las casas de moda anunciaron medidas de seguridad adicionales y un control estricto de los 4.000 invitados --clientes, periodistas o creadores-- que deberán presentar documento de identidad y someter a inspección bolsos y carteras.

Los organizadores de los desfiles hacen siempre lo posible por excluir cualquier factor susceptible de alterar el impecable escaparate de promoción de sus productos de lujo.

El año pasado por ejemplo las Femen irrumpieron en la pasarela de Nina Ricci pero el desfile apenas se interrumpió unos segundos, las militantes feministas fueron evacuadas por los servicios de seguridad y casi nadie se inmutó.  

Pero la atmósfera irreal que rodea a veces a los desfiles no impidió por ejemplo que tras los atentados de París la industria de la moda multiplicase manifestaciones de apoyo al semanario Charlie Hebdo.

Jean-Paul Gaultier posó en las redes sociales junto a sus colaboradores con un cartel "Je suis Charlie", al igual que Karl Lagerfeld. Riccardo Tisci, diseñador de Givenchy, colgó una cita de Voltaire a favor de la tolerancia.

La moda masculina, un sector en plena expansión, presenta esta temporada medio centenar de desfiles en cinco días.

Según Gérald Cohen, autor del libro "La moda como observatorio de un mundo en cambio", el sector siguiendo el rastro del movimiento de liberación de la mujer. "Comenzó como un fenómeno creciente a partir de los años 60, en momentos en que las mujeres comenzaron su movimiento de liberación. Los hombres empezaron a reivindicar su apariencia y su sensibilidad propia".